La crisis fiscal del estado
El estimado optimista en los ingresos al presupuesto estatal no se cumplió, desencadenando recortes de servicios a los más vulnerables.
El área de la educación, en general, es la más golpeada al absorber más de la mitad de los casi 1,000 millones de dólares en recortes de presupuesto. Los estudiantes de las universidades y colegios estatales tienen ante sí más escollos para para seguir sus estudios.
De igual manera están los alumnos de K-12 que dependen del transporte escolar, como ocurrirá con 45,000 estudiantes de escuelas magnet y de 13,000 de educación especial en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. El LAUSD impulsó correctamente una demanda contra la decisión del gobernador Jerry Brown porque se contrapone a una exigencia federal ligada a la integración escolar.
Quienes no tienen muchos recursos para protegerse de los recortes de presupuesto -101 millones de dólares- son las personas de edad avanzada, discapacitadas o invidentes que reciben asistencia en el hogar que sentirán un reducción de servicios y estarán más vulnerables a la estafa al eliminarse también los fondos para investigar el fraude.
Lo mismo ocurre con los discapacitados que sufren de retraso mental, parálisis cerebral, epilepsia y autismo al reducirse en 100 millones de dólares el presupuesto del Departamento de Servicios para el Desarrollo.
Estos recortes son consecuencia de la falta de una base impositiva que responda a las necesidades de la economía. Son las reducciones más prácticas ante las circunstancias, pero también las más perjudiciales para los estudiantes y los más necesitados que ya padecen de una situación precaria en sí misma para ser agudizada por la falta de un plan de gastos y recortes bien planeado desde un principio.
La mayoría de los votantes californianos se ha manifestado en las encuestas a favor de aumentar impuestos e ingresos. Esta es una buena señal de que se termina la paciencia para este proceso improvisado de hacer un presupuesto.