No ha matado en LA asesino serial: LAPD

Policía reconoce que indigentes son una población muy vulnerable

Alan Appling, instalado sobre un puente del centro de LA. 'Cuando las cosas pasan... pasan', dice el indigente.

Alan Appling, instalado sobre un puente del centro de LA. 'Cuando las cosas pasan... pasan', dice el indigente. Crédito: Ciro Cesar / La Opinión

No hace falta que el temido asesino de indigentes del condado de Orange cometa sus crímenes en Los Ángeles para que Efraín Torres y Alan Appling vean de cerca el peligro que implica vivir en la calle, donde se muere igual por ataques violentos, que por el frío intenso o las adicciones.

“He visto muchas cosas feas”, dice Torres, quien desde hace 20 años duerme en banquetas y parques de esta ciudad. “A muchos amigos los han apuñalado o han muerto por la droga. Una vez vi cómo le prendieron fuego a un homeless; otro amigo y yo lo apagamos, pero le quemaron la cara”, contó.

La Policía de Los Ángeles (LAPD) reconoce que los desamparados son un grupo vulnerable, por eso ha prestado atención especial en el caso del asesino serial que, entre el 20 y el 30 de diciembre, apuñaló y mató a tres vagabundos en Placentia, Anaheim y Yorba Linda, en el Condado de Orange.

En ese período un indigente de unos 60 años (edad similar a las otras víctimas) murió en un ataque similar en Highland Park, pero las autoridades descartan que el responsable sea el homicida de aquel condado.

Las posibilidades de que el presunto asesino, que aparentemente viaja a bordo de un vehículo Toyota de color blanco y quien vestía un suéter oscuro el día en que mató a uno de los desamparados, intente repetir sus crímenes aquí son “mínimas”, subraya el LAPD.

“No creemos que esos incidentes estén relacionados, pero obviamente es algo que estamos investigando, estamos hablando con los detectives de Orange para ver las similitudes”, comentó Andrew Smith, comandante del LAPD, agencia que aún no se ha unido al equipo especial creado para resolver los crímenes.

Estadísticas de la Comandancia Central del LAPD, que abarca la zona de mayor concentración de indigentes en este municipio, muestran que la tasa delictiva bajó un 35% de 2005 a 2011. No está claro, sin embargo, cuántos desamparados perdieron la vida de manera violenta en ese lapso.

A Víctor Cruz, un mexicano que terminó en las calles por la crisis económica, le han bastado unos meses para observar de cerca los horrores de vivir en la indigencia. “He sabido de la muerte de cuatro, dos murieron apuñalados y los otros por el frío”, contó. “Vivimos por la voluntad de Dios”, dijo.

¿Qué tan vulnerables son los desamparados? El comandante Smith explica que los problemas mentales y de adicciones que padecen, así como dormir durante varias horas en lugares apartados, los convierte en un blanco fácil. “Es muy peligroso ser indigente en Estados Unidos”, mencionó.

Appling, quien instaló su bolsa de dormir cerca de un puente de la calle Hill, no duda que el asesino serial de Orange intente buscar más víctimas en Los Ángeles. Si lo hace estaría frente a un amplio espectro: cada noche más 28,500 personas duermen en las calles de este condado.

“No me preocupa [esa posibilidad], porque cuando las cosas pasan… pasan”, dice Appling.

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