De corazón ‘partío’ a nuevo corazón
Edwin Arce, el primer paciente hispano en recibir un trasplante de corazón en la Florida Central
Orlando – Edwin Arce, el primer paciente en recibir un trasplante de corazón en la Florida Central, celebra el mes del amor con una vida nueva y cumplirá el sueño de llevar a su hija al altar este año.
Sus hijos, Carmen Stephanie, de 25, Edwin hijo, de 23, y Rebeca Ida, de 18, lo abrazan con cariño al expresar con alegría esta nueva etapa de sus vidas, donde su padre tiene la energía para disfrutar de la familia.
“Crecí con él enfermo”, aseguró Rebeca, añadiendo que durante su niñez tuvo que acomodar muchas cosas alrededor de la condición de su papá.
“Él es muy valiente y lo apoyamos en todo”, según Carmen, estudiante de medicina que se especializará en cardiología y quien contraerá nupcias al final de 2012.
Una minoría
Las estadísticas indican que Arce es parte de una minoría, según la Organ Procurement and Transplantation Network. Durante el 2010 sólo unos 198 (8.5%) de trasplantes de corazón se hicieron a pacientes hispanos.
Y ahora Arce también es parte de la historia de la medicina de la Florida Central, gracias a una operación a manos del Dr. Donald Botta, junto a un equipo de 150 personas en la Florida Hospital, que duró más de 11 horas y en la cual su cuerpo estuvo sin corazón por más de cuatro horas.
Vida activa
Original de Lares, Puerto Rico, Arce fue una persona muy activa y jamás esperó enfrentar un trasplante de corazón.
Arce dedicó unos 12 años al Ejército de los E.U. y también fue policía en Nueva Jersey por ocho años.
“No fumaba, no bebía, iba al gimnasio y levantaba hasta 300 libras en pesas”, dijo.
Sin embargo, un día entró en un episodio de sudoración nocturna y, al ir al hospital, le informaron que había contraído una pulmonía y que el líquido de los pulmones había comenzado a llegar a su corazón.
Ahí fue cuando lo diagnosticaron con enfermedad cardiaca. Su corazón solo funcionaba en capacidad de un 19%.
“Pensé que podría perder el amor de mi vida”, explicó su esposa, Rosa, quien asegura que desde temprana juventud Edwin fue su compañero de vida. “Nos conocimos desde los 17 años y ya van 30 años”.
Arce tuvo que jubilarse del Ejército y de la policía. Sin embargo, llevó una vida casi normal por unos 13 años, hasta que su coraz��n bajó a un 15% de funcionamiento de 19%.
De la cama al sofá
“Solo podía ir de la cama al sofá y eso me agotaba. Yo no podía seguir viviendo así”.
Arce, quien vive en el sureste de Orlando, cerca de la Semoran, decidió ir al hospital y voluntariamente pedir un nuevo corazón. En ese momento, el cardiólogo le había dado pocas esperanzas de vida y, según , Carmen, su hija mayor, Arce estaba en una condición tan deteriorada que, “sabíamos que este podía ser su último año”.
Al llegar a Florida Hospital, tuvo suerte ya que, según los doctores que lo atendieron, llevaban tiempo en preparación para conducir ese tipo de cirugía en la Florida Central. Arce llegó en el momento preciso para ser el primer paciente.
“Tenía miedo cuando me dijeron que sería el primero”, contó.
Sin embargo, el personal de Florida Hospital se mostró muy profesional. Preparó a toda la familia y trajeron profesionales que llevaban operando por mas de 10 años para colaborar con el personal local en el procedimiento.
Esfuerzo familiar
“Nos prepararon muy bien. Aun así le dije a mis hijos y a mi esposa, ‘si no salgo de esto los amo y sepan que no podía llevar más una vida como la llevaba hasta entonces’ ”.
Sus hijos concuerdan en que sabían que él saldría bien. “Él es muy persistente”, de acuerdo con su hija menor, Rebeca.
Edwin hijo tenía que afeitarlo y hasta aprendió barbería básica para poder recortarlo en la casa, ya que no tenía las fuerzas para el aseo personal.
“Todos nos sacrificamos por él y creo que por eso está aquí. Lo queremos mucho” dijo Edwin hijo , actualmente estudiante de una escuela culinaria.
Durante la operación, Arce asegura que no sintió nada. “Me quedé esperando la luz del túnel y desperté pensando que solo pasaron dos segundos”, explicó.
Sin complicaciones
Su nuevo corazón comenzó a latir instantáneamente y no hubo que estimularlo ni masajearlo para que funcionara. “Creo que es un milagro mi recuperación y agradezco al donante”.
Aun así, algunas emociones que no sentía antes se han visto manifestadas en él.
Su esposa explica que ha tenido noches en las que habla de incidentes que él no vivió. “Se sentó en la cama diciendo cosas extrañas, como ‘no me dejes’ y ‘no me hagas daño’. Yo sé que esas experiencias no son de él”.
Le atribuyen esto a la energía de quien le dio el regalo de vida con su corazón. Según la familia, el cirujano les explicó que a veces en un órgano se quedan vivencias del donante por un período de tiempo y que esto es completamente normal.
“Aun no conozco quién es pero seguro tiene un espacio guardado en el cielo. Le tengo amor a quien me dio el regalo de vida aun sin conocerme”, dijo Arce.