Hacen del Staples toda una fortaleza
Bryant guía a los Lakers a superar a Boston; ya suman 9 triunfos en casa
Los Lakers se impusieron ayer en el gran clásico de la NBA a los Celtics de Boston: 97-94 y, liderados una vez más por Kobe Bryant, lograron su novena victoria seguida en el Staples Center.
Bryant fue el máximo anotador del partido con 26 puntos, y recibió la valiosa ayuda de Andrew Bynum, con 20 tantos y 14 rebotes; Pau Gasol aportó 13 puntos, 13 rebotes y tuvo cinco asistencias.
Por los Celtics destacaron Rajon Rondo, con 24 puntos y 10 asistencias, y Ray Allen con 17 tantos.
El registro histórico entre ambas franquicias en temporada regular se sitúa así en 153-123 a favor de los Celtics.
Los oro-púpura salieron como un tiro con un parcial de 7-0, incluido un triple de World Peace, pero los de Doc Rivers reaccionaron rápidamente de la mano del tándem Rondo-Garnett en ataque, mientras Allen frenaba a Bryant.
La labor de Gasol en la zona y la aportación de Matt Barnes y Steve Blake desde el banquillo ayudó a que los locales se despegaran ligeramente (24-12), a lo que contribuyó el pésimo porcentaje de tiro de Boston (6/24, 25 por ciento) y su inferioridad en el rebote (17-8).
Así se tapaban las siete pérdidas de balón del quinteto angelino.
Andrew Bynum tomó el testigo en el segundo cuarto y, con el ataque de los Lakers volcado en él, el equipo de Mike Brown aumentó su ventaja hasta los 15 puntos: 37-22.
Los Celtics tardaron en carburar y lo hicieron con el esfuerzo de la segunda unidad -la intensidad de Mickael Pietrus, la presencia de Greg Stiemsma y Brandon Bass en la pintura- y el regreso a cancha de su “Big Three” para apretar las cosas (42-39) justo antes del descanso, al que se llegó con un triple de Rondo sobre el sonido de la chicharra.
Para entonces, Bynum se retiraba a los vestuarios cojeando con un fuerte golpe en la rodilla derecha, aunque pudo comenzar la segunda mitad sin problemas.
Boston saltó a la pista con otra cara. Los Celtics, con Rondo al frente de la situación, se fueron por primera vez por delante (48-53), y justo después un pequeño enfrentamiento entre Pierce, Garnett y World Peace, saldado con un par de técnicas, dio otro aire al partido.
Más lucha, más garra: sensaciones sublimadas en un robo de balón de World Peace y culminado por éste con un remate, acciones que despertaron al pabellón y sirvieron para espolear a los Lakers, ligeramente aletargados hasta entonces.
Boston, lejos de amilanarse, sacó la casta, mejoró sus porcentajes (13/16 en lanzamientos a canasta) y respondió con el primer triple de Allen en el partido, pero una canasta tras rebote ofensivo de Barnes dejó las cosas dos arriba (72-70) a falta de un cuarto.
Los nervios y las imprecisiones hicieron acto de presencia. Gasol y Bynum no conseguían conectar en la zona. El ataque de los de Rivers, a veces incapaz de crear jugadas propias, dependía en exceso de la dirección de Rondo.
Todo quedaba en manos de las estrellas. Allen registró su segundo triple y Bryant contestó con dos seguidos. Gasol y Garnett intercambiaron suspensiones. Paul Pierce y Derek Fisher no fallaban desde la personal.
El 24 de los Lakers puso a los suyos por delante con un tiro de cuatro metros (95-94) y Bass falló un tiro completamente solo a continuación, algo que aprovechó Bynum con una gran acción en la pintura (97-94).
En la jugada final la defensa de los Lakers evitó que los Celtics tiraran cómodos hasta en dos ocasiones, y finalmente no hubo suerte al tercer intento de triple, firmado por Rondo.