Prisa de cartero y paso de héroe

Johnnie Jameson, de 64 años, está muy seguro de terminar su maratón #27

Jameson muestra su  medalla del maratón 2011.

Jameson muestra su medalla del maratón 2011. Crédito: JAIRO GIRALDO / La Opinión

Johnnie tiene prisa. Mira con ansiedad el calendario de este marzo primaveral y sus ojos se quedan en el domingo 18 de marzo.

Su mente recorre entonces las calles angelinas y sus vecindarios repletos de colorido y fiesta. En su cara se posa una expresión de asentimiento y sonríe confiado: “¡LA Marathon!”, dice.

Es Johnnie Jameson y la historia imperdible de un guerrero de la fatiga, un devorador de millas, un constructor de sueños.

Un feroz competidor en cada minuto de su vida, que a los 64 años y con casi 40 de ellos como trabajador del US Postal Service, está listo para tomar la partida en la edición 27 del maratón de Los Ángeles el próximo domingo.

Johnnie tiene prisa. Lo demuestra en su manera de hablar, en sus pausas, en sus gestos.

Sólo quiere correr, como lo ha hecho durante los últimos 26 años.

Algo sin duda llamativo, pero no sólo porque se trate de un hombre mayor (ya que centenares lo intentan y muchos llegan), lo excluyente es que Johnnie es apenas uno de los 194 competidores que han estado en la raya de salida en todas las maratones y que las ha terminado todas.

“Mire esto”, presume Johnnie, y muestra un papel viejito y ajado, pero perfectamente legible.

“Es el primer certificado de participación. Mírele la fecha”, pide.

Y sí, allí puede leerse: 9 de marzo de 1986, el día de la primera corrida angelina que entonces se llamaba “The City of Los Angeles Marathon”.

Nativo de San Luis y fanático de hueso colorado de los Cardenales, Jameson es un enamorado tambien del basquetbol que incluso lo llevó a correr un maratón mientras jugaba con un balón todo el trayecto.

¿Qué lo inspira a correr el maratón y cómo empezó esta historia?

“Me inspira mi esposa, mi familia, mis hijas. Después de la guerra de Vietnam tuve la suerte de empezar a trabajar por el US Postal Service y entonces empecé a encontrar respuestas a muchas dudas”, recordó.

Confiesa que la disciplina militar de un soldado asignado a la guerra es un instrumento importante para enfrentar un compromiso tan serio como es un maratón.

“Buscábamos imágenes que reemplazaran algo tan negativo como fue aquella guerra. Buscábamos nuestro lado positivo y al iniciar el Maratón de Los Ángeles yo personalmente encontré una manera de fortalecer mi cuerpo y mi mente”.

¿Cómo recuerda aquella primera vez? ¿Cómo decidió que correría el maratón?

“Soy hombre de deportes. Soy una persona de disciplina y allí encontré que estaban los dos elementos. La experiencia en la vida militar me había dejado hábitos de rigor, por eso para mí siempre fue lógico que yo fuera uno de los primeros en tomar la partida en el primer maratón aquella vez en 1986”.

Ya tenía años de fatiga en sus piernas como un empleado del Servicio Postal de Estados Unidos.

Caminaba, corría sin cansarse las calles angelinas en ese día a día de vértigo y minutos contados de los que golpean a las puertas para dejar el correo, así que sentía que la dura advertencia de la carrera no lo sobrepasaba.

“¡Oh!, hay un maratón. Y yo voy a estar allá. Son 26.3 millas, yo puedo hacer eso”, fue su primera expresión.

¿Cómo se prepara un hombre de 64 años para un maratón?

“¿Usted quiere saber dónde entreno?”.

Responde con una pregunta y entonces retoma el hilo de la conversación.

“Yo entreno todos los días. En verdad no voy a un gimnasio, pero hago muchas millas todos los días en mi trabajo: calle a calle. Soy un mailman y por eso siempre digo: ‘My job is my Gym’ [Mi trabajo es mi gimnasio]. Sí señor”.

Luce una figura atlética que ya la quisiera un jovencito de 25 años. Un físico esculpido por el trabajo que enuncia algún secreto bien guardado.

¿Cómo se alimenta un hombre mayor que corre maratones?

“Yo como de todo. No es especial mi alimentacion, pero me cuido de consumir comida sana y nada más”.

Sabe que él mismo y sus logros son un rol a seguir, pero lo asume con entera humildad, aunque rescata de manera especial el mensaje que debe dejar a hombres y mujeres mayores que están en casa encerrados y negados a hacer un mejor esfuerzo por su salud y por su vida.

Johnnie Jameson se acomoda la gorrita para la foto cuidando que pueda leerse: “Vietnam Vet”.

Es parte de su historia. Ríe. Exhibe su medalla del maratón pasado y reflexiona: “No sé hasta cuándo me aguanten las fuerzas, pero hasta ahora nunca me he planteado dejar de correr”, concluye.

La historia de aquella película legendaria dice que “El Cartero llama dos veces”, pero Johnnie Jameson, el cartero maratonista, ya tocó a la puerta de la historia 26 veces y se apresta a cumplir su maratón 27 con la meta al frente.

Tan lejos como la distancia que hay entre el Estadio de los Dodgers y el muelle de Santa Mónica, llevando como único viático la consigna de los que transpiran y batallan sin sufrir… y en su mente la frase: “Tú puedes hacerlo… tú puedes hacerlo”.

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