Obama y Romney calientan motores
Los rivales por la Casa Blanca en las elecciones de noviembre ya comenzaron la batalla retórica en pos de convencer a los votantes
Mitt Romney es, formalismos aparte, el virtual candidato presidencial del Partido Republicano. Y en ese sentido tanto Romney como el presidente Barck Obama han comenzado a mover sus fichas y a lanzárselas el uno contra el otro.
Un primer ejemplo es la campaña del presidente en apoyo de la llamada ‘Regla Buffett’ —que propone que los que ganen más de $1 millón al año paguen al menos un 30% de impuestos— con lo que se posiciona nuevamente como un político inclinado hacia las clases medias. En paralelo, una punzada de Obama hacia Romney fue su referencia a que él no había nacido con una cuchara de plata en la boca (Romney sí habría nacido con ella), con lo que quiso caracterizar al republicano como un personaje desconectado del ciudadano común.
Por su parte, Romney atacó al mandatario y buscó achacarle la responsabilidad de los problemas económicos que sufre el país. Romney quiere vincular la crisis con las acciones directas de Obama (al grado de omitir avances objetivos en el campo económico) a fin de mostrar al presidente como un destructor y no como un creador de bienestar.
Sea como sea, la batalla está muy pareja, lo que crea un escenario electoral de gran incertidumbre. Romney tuvo dificultades para consolidar su liderazgo en las elecciones primarias republicanas pero mantiene en múltiples encuestas un porcentaje de intención de voto similar al del presidente. Y Obama enfrenta el reto de mostrar que los resultados de su gestión lo hacen merecedor de otros cuatro años.
Romney es, así, beneficiario de esa suerte de referéndum del mandato de Obama que sucederá en noviembre.