La Bodeguita del Medio ya es setentona
El emblemático y bohemio restaurante, uno de los lugares más famosos de La Habana, cumple 70 años
La Habana – La Bodeguita del Medio, uno de los rincones más bohemios de la capital de Cuba y famoso por su cocina criolla, cumplirá este jueves 26 de abril 70 años de vida en los que hizo las delicias de artistas, intelectuales y políticos de varios países.
Por su barra de bebidas y sus rústicas mesas han pasado, entre otros, el actor estadounidense Errol Flyn, el ex presidente Salvador Allende, el poeta y compositor Agustín Lara, y otras figuras relevantes como Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Ernest Hemingway y Nicolás Guillén.
La legendaria fonda cubana, fundada en 1942, y ubicada en la calle Empedrado, del Centro Histórico capitalino, es paso obligado de turistas que buscan en sus paredes también las firmas de los actores María Félix, Jorge Negrete y Mario Moreno “Cantinflas”, de México.
La septuagenaria meca de los gourmets no se conformó en los últimos años con una única ubicación y se ha extendido a otros países, entre ellos México (mayo 1998), Argentina, Bolivia, Colombia, Guatemala, Venezuela, Canadá, Alemania, Reino Unido y España.
La Bodeguita del Medio es un restaurante con portón abierto a la calle donde los turistas gustan disfrutar de una excelente cena, los famosos mojitos y cervezas al compás de música típica, que en un tiempo interpretó el trovador Carlos Puebla.
Las viejas paredes del estrecho local, que genera un ambiente de intimidad, están cubiertas de un graffitti muy particular: más de dos millones de firmas de los parroquianos, entre las que se encuentran las de muchos artistas de renombre.
Ernest Hemingway escribió en inglés en una de las paredes: “My mojito in La Bodeguita, My daiquirí in El Floridita” (otro afamado restaurante de la Habana Vieja) es decir “Mi mojito en la Bodeguita… y mi daiquirí en el Floridita”.
El Poeta Nacional, Nicolás Guillén, también inmortalizó el sitio en el soneto que, en una de sus estrofas, reza: “La bodeguita es ya la bodegona / que en triunfo al aire su estandarte agita / más sea bodegona o bodeguita / La Habana de ella con razón blasona (…)”.
En Cuba, casi todas las fondas (restaurantes modestos de las décadas antes de la Revolución) y bodegas (pequeños mercados de víveres de vecindario) se hallaban estratégicamente situados en las esquinas o extremos de una calle.
Antes de ser sólo un restaurante, este local había sido una bodega que, a diferencia del resto, estaba a mitad de una calle.
De esta manera, no se trataba de una bodega cualquiera, sino de la bodeguita que estaba en el medio de una calle. Cuando el local pasó a ser restaurante, su dueño, el español Ángel Martínez, decidió conservar el nombre con el que los clientes ya habían bautizado su negocio.
Convertida en un emblema de la parte antigua de la ciudad, posee decenas de premios, entre ellos está el ‘best of the best’ de la academia norteamericana gastronómica o el trofeo de hostelería y calidad de Francia.
En su menú aparecen arroz blanco desgranado, frijoles negros “dormidos”, masas de cerdo fritas, pierna de cerdo asada en su jugo, pollo cacerola, picadillo a la habanera, aporreado de tasajo, vaca frita, moros y cristianos, tubérculos, ensaladas y postres.
En septiembre de 1997, alcanzó titulares en la prensa internacional, no precisamente por sus excelencias como lugar añorado por muchos turistas que vienen a La Habana con dos ideas fijas en su cabeza: la Bodeguita del Medio y el cabaret Tropicana.
El restaurante, a pocos pasos de la Catedral de La Habana, fue blanco de un atentado con explosivo colocado por el salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, según investigaciones posteriores, que habría causado de tres a cuatro heridos leves, de acuerdo con testigos.
La acción tuvo lugar menos de 12 horas después que el comerciante italiano Fabio Di Celmo, de 32 años de edad, muriera en un atentado dinamitero contra el hotel Copacabana al que siguieron otros en los cercanos hoteles Triton y Chateau Miramar, en el oeste de La Habana.