Dejan el cargo dos ministros en Perú

Eran los principales encargados de la lucha contra un grupo armado al sur del país

El ahora exministro peruano de Interior, Daniel Lozada,  se deshace de una bolsa de cocaína que había sido confiscada; renunció al puesto.

El ahora exministro peruano de Interior, Daniel Lozada, se deshace de una bolsa de cocaína que había sido confiscada; renunció al puesto. Crédito: AP

LIMA, Perú (EFE).- El Gobierno del presidente de Perú, Ollanta Humala, sufrió ayer la renuncia de los ministros de Defensa y de Interior en medio de una avalancha de críticas por la conducción de las operaciones militares contra un grupo armado en el sur del país.

Los ministros de Defensa, Alberto Otárola, y de Interior, Daniel Lozada, renunciaron de manera irrevocable mientras en el Congreso se preparaba la votación de una moción de censura contra ellos tras la muerte de 10 militares y policías a manos de “narcoterroristas”.

La salida de Otárola y Lozada fue confirmada por la Presidencia del Consejo de Ministros, que señaló que se ha procedido “al trámite correspondiente ante el despacho presidencial”, ocupado por la vicepresidenta Marisol Espinoza en ausencia de Humala, quien cumplía una visita oficial a Corea del Sur.

La oposición había presentado la moción de censura tras las muertes de militares y policías en la selva sur del país durante un operativo lanzado en abril con motivo del secuestro de 36 trabajadores de empresas del sector del gas por un grupo armado liderado por algunos antiguos integrantes de Sendero Luminoso.

El grupo, que dejó en libertad a sus rehenes, cobró notoriedad a partir de ese secuestro y ha mostrado gran poder de fuego y conocimiento del agreste territorio selvático en el que opera, en el sur del país.

Con una fuerza que los analistas sitúan entre los 400 y 600 hombres, entre ellos varias decenas de niños, han atacado desde un helicóptero policial, en el que murió una capitana, hasta patrullas de las fuerzas especiales.

A pesar de ello, la mayoría de las víctimas entre los militares fueron causadas por trampas explosivas detonadas a distancia y la presencia de francotiradores, que disparan desde la vegetación contra las patrullas que los buscan o aprovechan el descuido de algún militar para abatirlo.

A raíz de esas muertes, el gobierno ha recibido duras críticas e incluso el primer ministro, Oscar Valdés, ha puesto su cargo a disposición del mandatario.

Valdés había considerado, sin embargo, “desproporcionada” la moción de censura y aseguraba que “un país no puede estar cambiando de ministros cada cuatro meses”.

La congresista opositora Lourdes Alcorta remarcó al respecto que las críticas a los ministros no eran un ataque al gobierno de Humala ni buscaban afectar la “gobernabilidad” del país.

Alcorta declaró a la emisora Radio Programas del Perú (RPP) que las renuncias son “una buena noticia”, aunque consideró que fueron tardías porque afectaron a “toda la clase política, al Ejecutivo, al Legislativo, y a la sociedad”.

La congresista fujimorista Cecilia Chacón también saludó la decisión de los ministros, aunque aseguró que la tomaron porque confirmaron que iban a ser censurados por el Congreso.

“Esta renuncia se debió hacer mucho antes pero definitivamente más vale tarde que nunca. Era crónica de una muerte anunciada, hicieron sus sumas y restas y se dieron cuenta de que efectivamente sea el día de hoy o sea el sábado la censura era un hecho y han preferido renunciar”, dijo.

El legislador Javier Velásquez Quesquén, del Partido Aprista Peruano (PAP), afirmó que la renuncia es “la solución a una crisis política” y dijo que espera “que los nuevos ministros puedan articular una estrategia integral” en la lucha contra el grupo armado.

Tras confirmar su renuncia, Otárola ofreció hoy una rueda de prensa en la que aseguró que cree que su decisión “va a tranquilizar el ambiente político tan enrarecido en el país”.

Añadió que la verdadera meta de Perú debe ser la unión “para afrontar con éxito la amenaza que hoy representa la delincuencia del narcoterrorismo”.

Indicó, además, que el enemigo que enfrentan hoy las fuerzas de seguridad “confirma que las amenazas se han venido incubando desde hace muchos años sin que se hayan tomado las medidas adecuadas” para combatirla.

El ahora exministro dijo que el grupo armado está conformado por “una facción renegada de Sendero Luminoso encabezada por los hermanos Quispe Palomino”.

“Sendero Luminoso ha mutado hacia un forma más perversa y focalizada en un sector agreste” del país, indicó en referencia al Valle de los ríos Apurímac y Ene (Vrae) en donde opera el grupo armado.

Otárola también admitió que la oposición política estuvo “y está en el derecho” de pedir su censura y le deseó el “mayor de los éxitos” a su sucesor.

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