Córdoba y CICR listos para Langlois
Gobierno francés y el de Colombia están guardando silencio ante las exigencias
BOGOTÁ, Colombia (EFE).- La exsenadora Piedad Córdoba y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) aceptaron ayer formar parte de una comisión que se encargue de recibir de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) al periodista francés Romeo Langlois, pero el Gobierno de Francia y el de Colombia guardan silencio ante las últimas exigencias para su liberación.
Si bien un portavoz oficial declaró ayer en París que las autoridades francesas “están plenamente movilizadas y en contacto permanente con las colombianas para obtener la liberación” de Langlois, François Hollande, que mañana asumirá la presidencia de Francia, no ha comentado nada respecto a que un enviado suyo forme parte de la comisión.
Esa es una de las exigencias planteadas en un comunicado divulgado el domingo por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para entregar a Langlois, que fue capturado por la guerrilla el 28 de abril pasado, cuando se encontraba con fuerzas de la Policía y del Ejército en una operación antidrogas.
“Recibimos el comunicado de las FARC y, en ese sentido, reiteramos lo que estamos diciendo: que todos nuestros equipos están dispuestos”, expresó el jefe de la delegación del CICR en Colombia, Jordi Raich, en unas declaraciones a la prensa en Bogotá.
Raich confirmó su disposición inmediata para este tipo de tareas poco después de que Piedad Córdoba afirmara que no podía negarse a participar en la misión humanitaria de esa entrega.
La antigua senadora, que desde 2008 ha facilitado la entrega de una veintena de rehenes de las FARC, comentó además, en un acto con periodistas convocado por su movimiento Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), que le “es imposible” negarse a conformar el comité exigido.
“No estaría en concordancia con lo que nosotros hacemos”, expresó Córdoba, cabeza visible de CCP.
Guerrilleros de las FARC hicieron cautivo a RoméLanglois, corresponsal en Colombia del canal France 24 y el diario Le Figaro, el pasado 28 de abril en la zona selvática de La Unión Peneya, caserío de Montañita, localidad del departamento sureño del Caquetá.
El reportero acompañaba a un grupo de policías y militares que se disponía a desmantelar un laboratorio de drogas ilícitas cuando los rebeldes les tendieron una emboscada y se iniciaron combates que se le prolongaron durante varias horas, con el resultado de cuatro uniformados muertos.
El corresponsal quedó herido en medio de los combates, de los que huyó, al parecer, en dirección a los guerrilleros tras despojarse de un casco y un chaleco de uso militar que le habían sido proporcionados como protección.
Por llevar estas dos prendas, las FARC lo declararon “prisionero de guerra”, condición que esta guerrilla ha mantenido en los tres comunicados que ha emitido sobre la suerte del corresponsal desde el pasado 1 de mayo.
En el más reciente advirtieron de que Langlois quedará en libertad con la disyuntiva de “terminar de cumplir con el papel esperado por el Gobierno de Colombia, sus fuerzas militares y los grandes medios, o permanecer fiel a su conciencia y referir la verdad”.
“Si fuere este el caso, pudiera ser que los mismos que hoy exigen su libertad inmediata se ensañen con él hasta destruirlo por completo”, agregó el grupo insurgente tras haberse comprometido a entregarlo “en un lugar seguro” a la comisión mencionada.
La asesora de comunicación pública del CICR en Bogotá, María Cristina Rivera, dijo a Efe que es “muy positivo” el anuncio rebelde de que pondrán en libertad a Langlois.
“Estamos dispuestos a coordinar el proceso con todas las personas que fueron mencionadas en el comunicado”, apuntó la asesora, y enfatizó- “tenemos nuestros equipos dispuestos para cuando se precise arrancar con la operación humanitaria”.
Es una tarea que, en palabras del delegado Raich, solo le tomaría al CICR “15 minutos”.
El Gobierno colombiano no ha dicho una palabra respecto al último comunicado de las FARC, pero sí ha subrayado que Langlois debe ser liberado sin condiciones y cuanto antes.
“Esta organización criminal no puede de ninguna manera venir a imponer condiciones de ningún tipo, el Gobierno no puede polemizar con criminales, no se puede aceptar discusión alguna sobre esta situación”, dijo el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, la semana pasada en Bogotá.
Pinzón se refería a otra condición planteada por las FARC para entregar al periodista: la apertura de un debate sobre “la libertad de informar” sobre el conflicto armado, al considerar que los reporteros que lo cubren del lado de los militares están sometidos a la manipulación del Gobierno.