El espinoso tema de la acción afirmativa

BERKELEY.- Hace quince años se preguntó a los votantes de California: ¿Las universidades deberían tener en cuenta la raza de un estudiante cuando deciden a quién aceptan y a quién no?

Con un enfático “no” hicieron que California fuera el primer estado en prohibir la consideración de la raza y el grupo étnico en las admisiones en las universidades públicas, además de en los empleos y contrataciones.

Desde entonces, las universidades y escuelas de posgrado públicas más selectivas de California han tenido dificultades para conformar cuerpos estudiantiles que reflejen la mezcla demográfica del estado.

Las universidades en todo el país podrían enfrentarse pronto con la misma dificultad. La Suprema Corte de EE.UU. volverá a analizar el espinoso asunto de la acción afirmativa menos de una década después de que apoyó el uso de la raza como un factor en las admisiones en universidades.

El tribunal superior acordó en febrero tomar el caso de una mujer blanca que asegura que fue rechazada por la Universidad de Texas debido a su política de admisión que tiene en cuenta la raza. Se espera que los jueces escuchen los argumentos este otoño.

A las autoridades universitarias les preocupa que el tribunal actual, más conservador, podría limitar o incluso prohibir la consideración de la raza en las decisiones de admisión. Un dictamen amplio podría afectar tanto a las universidades públicas como privadas que llevan a cabo una acción afirmativa, una poderosa herramienta para aumentar la diversidad en los recintos universitarios.

“Si la decisión es muy amplia y muy hostil hacia la acción afirmativa, el futuro del resto del país puede ser muy similar al de California”, dijo Barmak Nassirian, director ejecutivo asociado de la Asociación Estadounidense de Encargados de Inscripción y Funcionarios de Admisión de Universidades.

Los efectos de la prohibición de California, conocida como la Propuesta 209, son particularmente evidentes en la mundialmente famosa Universidad de California, recinto de Berkeley, donde el cuerpo estudiantil es muy diverso pero apenas refleja el tejido étnico y racial del estado.

Con la acción afirmativa declarada ilegal, los estudiantes asiático-estadounidenses han dominado las admisiones. La clase que fue admitida para ingresar en UC Berkeley este otoño es 30% blanca y 46% asiática, según nuevos datos publicados. La porción de asiáticos admitidos es cuatro veces mayor que su porcentaje en las escuelas públicas K-12 del estado.

Pero los estudiantes hispanos y negros, tradicionalmente subrepresentados, continúan estándolo. En un estado en que los latinos representan la mitad de la población en las escuelas públicas K-12, solo 15% de los estudiantes de Berkeley son hispanos. Y la clase de primer año está formada en menos de 4% por afroamericanos, aunque representan 7% de los estudiantes K-12.

Junior Magali Flores, 20, dijo que sufrió una conmoción cultural cuando llegó al recinto de Berkeley en 2009 después de graduarse en una escuela preparatoria predominantemente latina en Los Ángeles.

Flores, una de cinco hermanos en una familia de padres trabajadores de México, dijo que siente que la universidad puede parecer hostil hacia los estudiantes de color, lo que hace que algunos la abandonen porque no se sienten bienvenidos en Berkeley.

“Queremos ver más de nuestra gente en el recinto universitario”, dijo Flores. “Con más diversidad, más personas serían tolerantes y comprensivas hacia los diferentes grupos étnicos, las diferentes culturas”.

UC Berkeley ha intentado aumentar la diversidad ampliando su extensión hacia escuelas preparatorias en vecindarios pobres y teniendo en cuenta los logros de los solicitantes en vista de las oportunidades académicas disponibles para ellos.

Pero las autoridades afirman que es difícil encontrar grandes cantidades de estudiantes pertenecientes a minorías subrepresentadas que sean suficientemente competitivos para Berkeley, donde solamente a uno de cinco solicitantes se le ofrece un puesto en la clase de primer grado.

Además, los estudiantes pertenecientes a minorías con mejor desempeño son reclutados por las mejores universidades privadas que practican la acción afirmativa y ofrecen becas a estudiantes pertenecientes a minorías, indicaron los administradores.

“Es frustrante”, dijo Harry Le Grande, vicerrector de asuntos estudiantiles en Berkeley. “En muchas ocasiones los perdemos frente a universidades privadas de élite que pueden tomar en cuenta la raza cuando admiten a los estudiantes”.

Backers señala que las políticas de acción afirmativa son necesarias para combatir el legado de la discriminación racial.

Las universidades se benefician de contar con cuerpos estudiantiles diversos y los estudiantes pertenecientes a minorías con frecuencia se transforman en líderes en sus comunidades luego de graduarse en universidades de renombre.

“Es esencial que nuestras instituciones más selectivas se asemejen al menos un tanto al resto de nuestra sociedad”, dijo Nassirian.

Ward Connerly, un empresario afroamericano que ha llevado a cabo una campaña nacional contra la acción afirmativa, considera la práctica como una forma de discriminación racial.

“No creo en la proporcionalidad”, dijo Connerly, que dirige el Instituto Estadounidense de Derechos Civiles. “Los contribuyentes tienen derecho a decir que quieren que todos los jóvenes sean tratados sin consideración alguna de raza, color, credo o país de origen.

Connerly adquirió cierto recelo de los esfuerzos de UC por admitir más minorías subrepresentadas cuando era el rector de la universidad en la década de 1990. Presionó a la junta para que prohibiera que UC considerara la raza en las admisiones universitarias a principios de 1996 antes de ayudar a que la Propuesta 209 cumpliera con los requisitos para la votación. “Observé nuestros esfuerzos por lograr diversidad y llegué a la conclusión de que en cualquier momento se presentaría una demanda judicial”, dijo Connerly. “Había un punto de vista muy claro que indicaba que teníamos que estar preocupados ante la creciente influencia asiática en la Universidad de California”.

Al año siguiente de que la prohibición de California entrara en vigor, la cantidad de estudiantes negros, latinos e indígenas norteamericanos se redujo a casi la mitad en Berkeley y UCLA, los recintos universitarios más buscados del sistema UC.