Con Elvis en mente Lisa Marie Presley evoca a un joven Elvis en su nuevo disco
Lisa Marie Presley evoca al Rey del Rock, su padre
Después de mudarse a un océano de distancia, concretamente a la campiña inglesa, Lisa Marie Presley se sintió más cerca de su padre que nunca, al menos musicalmente.
La única hija de Elvis y Priscilla Presley comenzó a escribir música de nuevo tras mudarse a Kent, al sureste de Londres, hace varios años. El resultado es su tercer álbum, Storm & Grace, producido por T Bone Burnett con un sonido campesino y cálido clásico de la música estadounidense.
Es más tranquilo, reflexivo e íntimo que To Whom It May Concern, de 2003 y Now What, de 2005, más orientados a la música pop rock.
También se la ve más centrada. Otrora conocida por sus breves y turbulentos matrimonios con Michael Jackson y Nicolas Cage, ahora cría a sus mellizas de tres años Finley y Harper con su esposo de hace seis, el guitarrista Michael Lockwood. También tiene dos hijos ya adultos: la modelo y actriz Riley Keough y su hijo Benjamin, de su primer matrimonio.
La cantautora de 44 años dijo en una entrevista reciente que por mucho tiempo trató de eludir el legado de su padre, pero ahora se siente más cómoda siguiendo sus pasos, por lo menos a su propia manera.
¿Sientes que este álbum representa tus raíces sureñas?
Sí, pero no buscaba que fuera así. No fue como que traté de crear un álbum sureño acogedor. Me dieron mucha libertad y espacio para escribir y así lo hice. Y eso fue lo que terminó pasando curiosamente en Inglaterra, de entre todos los lugares del mundo, es tan irónico… Ha sido un buen lugar para darle a mis letras y mi voz ese tipo de vibra para este disco.
¿Qué tanto te influye la música de tu padre? ¿La escuchas últimamente, la oyes diferente que cuando eras más joven?
Claro que sí. Mis hijas tienen que escuchar la radio por satélite de Elvis en mi auto. Les encanta, por supuesto. Siempre ha sido una influencia enorme en toda mi vida. Siempre. Fue lo primero que escuché… No es algo que escuche ahora y sea diferente, aunque quizá lo escuche con más atención. Lo que sigue igual es el hecho de que siempre he sido una admiradora.
Y un álbum como éste es más parecido al Elvis de sus inicios.
Puede ser visto de ese modo muy fácilmente. Está bien, no me molesta. Lo tomo. Pero la intención no era ir ahí. De hecho en los primeros dos [álbumes] traté a propósito de no acercarme ahí. Por eso esta vez está bien conmigo, porque fue algo natural.
¿Sientes que has crecido desde esos dos primeros discos? ¿Estás orgullosa de ellos?
Me encantan esas canciones. Salieron del mismo lugar que todas las demás… Pero tuve un largo periodo que no fue bueno para mí. Hubo muchas peleas y gritos… por algún motivo tuve que pasar. Necesitaba demostrarle algo a alguien en algún lugar, no se qué… Nada era fácil, las cosas no salieron muy bien. Me refiero en términos de mercadotecnia, simplemente no me parecía que tenía puesto el traje correcto; estaba luchando por encontrarlo.
¿Cuándo crees que lograste salir de eso?
Quizá hace unos cinco años, rompí con todo. Simplemente me detuve. Tuve una revelación, un choque y después un periodo de redescubrimiento. Y sí necesitaba deshacerme de cosas que pensaba que eran buenas y no lo eran y necesitaba alejarme para estar cerca de gente sencilla.
¿Cómo es tu día a día ahora?
Cuando estoy en Inglaterra, me parece que necesitaba ver y comenzar de cero y redescubrir la vida… vivir con sencillez. Cuando estoy aquí suelo cocinar, caminar. Adoro a la gente en mi pueblito, es súper amable. Es una vida muy, muy sencilla.
Varias de las canciones hablan de religión. En ‘So Long’ cantas “la religión es tan corrupta y controla vidas” y “las iglesias no tienen alma”. ¿Qué pensabas sobre la religión cuando escribías esto? ¿Es algo que está en tu mente? [Desde hace años Presley ha sido identificada como ciencióloga].
Tenía tantas cosas en la mente. Aunque parezca interesante, no suelo hablar de lo que tratan específicamente mis canciones. Tampoco hablo de política ni religión, simplemente como regla general. Pero también escribo metafóricamente. Escribo con lo que sea que esté en mi mente, que no siempre es literal. Escribo lo que escribo… Es un lienzo en blanco para que cualquiera que escuche dibuje en él.