Hospital ya no se hará cargo de inmigrante en coma

El Hospital Mount Sinaí, de Chicago, en donde ha permanecido el mexicano Jesús Arroyo desde que fue atropellado, le informó a la familia de la decisión

El caso de Arroyo (en la foto) recuerda a de Quelino Ojeda Jiménez, quien falleció en Oaxaca, México, el 1 de enero de este año después que fuera deportado en 2010 por el Hospital Advocate Christ de Oak Lawn, Illinois.

El caso de Arroyo (en la foto) recuerda a de Quelino Ojeda Jiménez, quien falleció en Oaxaca, México, el 1 de enero de este año después que fuera deportado en 2010 por el Hospital Advocate Christ de Oak Lawn, Illinois. Crédito: EFE/

CHICAGO – Jesús Arroyo, un inmigrante mexicano que quedó paralizado y en coma tras ser arrollado hace casi un año, está por ser desalojado de un hospital y entregado a sus familiares en Chicago para su cuidado.

Arroyo, quien trabajaba como joyero, había descendido el pasado 28 de septiembre de un autobús en las calles Lake y Pulaski, en la zona norte de Chicago, y se disponía a tomar un tren para llegar a casa cuando fue atropellado por un automóvil.

El hispano, de 37 años, sufrió heridas en la cabeza y fue internado en el Hospital Mount Sinaí de la ciudad, en donde ha permanecido desde el accidente.

Pero ahora representantes del hospital le han informado a la familia Arroyo que el hospital ya no se puede hacer cargo del paciente.

Víctor Arroyo, hermano menor del inmigrante, dijo a Efe que desde el accidente su hermano ya no puede hablar ni caminar y que permanece en estado de coma.

El caso de Arroyo recuerda a de Quelino Ojeda Jiménez, quien falleció en Oaxaca, México, el 1 de enero de este año después que fuera deportado en 2010 por el Hospital Advocate Christ de Oak Lawn, Illinois.

Ojeda Jiménez, de 24 años, había sufrido un accidente de trabajo años atrás y había quedado parapléjico.

La deportación no voluntaria de Ojeda Jiménez por el hospital desató una fuerte polémica en el área de Chicago.

El hospital ha dado a la familia un plazo de tres semanas para hacerse cargo de Jesús o se verán obligados a entregar al paciente al Consulado de México, el cual, aseguran los Arroyo, es muy probable que lo llevará a México.

“No estamos de acuerdo con la decisión del hospital pero lo tenemos que hacer”, dijo a Efe su hermano Víctor Arroyo, de 32 años.

El inmigrante es originario del poblado de Amealco, en el estado de Guerrero. En Chicago están su esposa, Ana Rodríguez, y sus dos hijos de 10 y 12 años.

Aunque agradecidos por el cuidado que el mexicano ha recibido, sus parientes dijeron que sería una tarea difícil poder cuidar al enfermo en casa por no tener los medios necesarios.

La familia Arroyo ha abierto una cuenta en el banco Chase (# 301 779 9270) para recibir donaciones de la comunidad hispana para el cuidado del inmigrante.

Los padres del inmigrante, Marcelino Arroyo y Ema Delgado, también viven en Chicago pero como dijo Víctor, hermano de Jesús, “ya están en sus setentas y estaría difícil que ellos pudieran cuidar a mi hermano.”

En cuanto a la persona que atropelló al hispano, la policía dijo que el conductor no se dio a la fuga y se puedo comprobar que no tenía seguro de automóvil ni una licencia válida.

Jesús Herrera, un activista y líder laico de la Iglesia Episcopal Nuestra Señora de las Américas, dijo que el acusado del accidente nunca se presentó a la corte y la policía reportó que se ha cambiado de domicilio y no se sabe de su paradero.

“Sus familiares se sienten impotentes por la manera inhumana que está siendo enviado a su casa”, finalizó Herrera.

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