Premian a líder de jornaleros
A Pablo Alvarado lo condecoran con la medalla a la Libertad de Expresión
Pablo Alvarado, líder de la Red Nacional de Jornaleros, recibió ayer un reconocimiento a su labor en el más curioso de los entornos: la Mansión Playboy, ubicada en las colinas de Holmby Hills a pocos minutos de UCLA.
Esto tiene una razón de ser: el premio Hugh Hefner a la Primera Enmienda que conlleva no sólo un prestigio, sino una dotación económica de 5,000 dólares, reconoce a quienes han avanzado el principio de la libertad de expresión que establece ese apartado de la Constitución de Estados Unidos.
Alvarado indicó a La Opinión que la dotación irá al fondo que utiliza la organización para apoyar a jornaleros y pagar la fianza de los que terminan en la cárcel.
“Obviamente nuestro trabajo no lo hacemos para recibir premios sino porque creemos que las personas deben ser tratadas con respeto y dignidad”, dijo el líder de los jornaleros después de la ceremonia, realizada en el jardín de lamansión bajo un elegante toldo blanco.
Alrededor de la piscina, varios pavorreales interrumpían la ceremonia con sus gritos y despliegue de plumas, haciendo uso de su propia libertad de expresión.
Este apoyo en la constitución es lo que ha permitido a la Red de Jornaleros y a los abogados que los han apoyado a ganar docenas de demandas legales contra ordenanzas locales que han intentado prohibir que los jornaleros se paren en la calle o en la esquina a pedir trabajo.
Alvarado agradeció a expertos legales como Tom Saenz, del Fondo Mexicoamericano para la Defensa Legal y la Educación (MALDEF) y Hector Villagra, de Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU) –quien presentó el premio en nombre de la Fundación Heffner- por haber creado el argumento legal que ha sido triunfador en los tribunales del país: que buscar trabajo parado en una esquina es una actividad protegida por la Primera Enmienda de la Constitución. “Este premio lo recibo en nombre de 120,000 mujeres y hombres que todos los días se arriesgan a todo para proveer para sus familias”, dijo Alvarado.
“Ellos fueron los que se organizaron para que este cambio ocurriera”.
Alvarado señaló que mucho se ha avanzado desde la primera demanda legal en 1992 –contra la ciudad de Agoura Hills- que no fue exitosa, hasta el pasado mes de febrero, cuando la Corte Suprema del país se negó a escuchar los desafíos a la decisión del Noveno Circuito que afirmó el derecho de los jornaleros a pararse en la calle a solicitar empleo.
“Ahora estamos relativamente mejor e incluso es la razón por la cual tras el colapso del mercado inmobiliario incluso ciudadanos y residentes legales han podido hacer uso de las esquinas de los jornaleros”, dijo el activista. “Aunque esto no es la solución al problema de fondo, que es la necesaria reforma migratoria”.
Villagra apuntó que el derecho de los jornaleros es “el más básico y profundo de los mensajes: necesito trabajo y estoy listo para trabajar”.
“Por eso ésta es una actividad protegida por la Primera Enmienda de la Constitución”, dijo Villagra.
El director de ACLU y Alvarado, comentaron a La Opinión su pesimismo respecto a la próxima decisión de la Corte Suprema en torno a la Ley de Arizona o SB 1070. Ambos tienden a pensar que la parte de “mostrar papeles” será reafirmada por el alto tribunal cuando dé su decisión este mes.
Alvarado apuntó que “eso cambiará nuestro trabajo porque creo que las prácticas discriminatorias de parte de las autoridades policiales van a extenderse y vamos a tener que defendernos, va a ser devastador”.
Villagra, por su parte, indicó que “Arizona va a aumentar la necesidad de organización y de un movimiento, no sólo de los jornaleros, de los “dreamers”, de los familiares de todos los inmigrantes”dijo. “Viendo la historia de la 187 en California, hubo entonces a su aprobación muchas consecuencias que no esperaban quienes la favorecieron, y la participación política fue una de ellas”.