Primera dama “inyecta” más gas a polémica de las sodas
Michelle Obama tuvo que aclarar su postura sobre la propuesta del alcalde Michael Bloomberg de prohibir las gaseosas de gran tamaño
Washington – Cuando la primera dama Michelle Obama dijo ayer que la prohibición de las sodas de gran tamaño en Nueva York no es algo que ella quisiera hacer a nivel federal, pero sí dio su respaldo a la propuesta del alcalde Michael Bloomberg, no se imaginó que le estaba echando más leña al fuego.
Es por ello que Obama luego tuvo que sacar un comunicado, para aclarar que ella no está asumiendo ninguna posición sobre la controversial propuesta neoyorquina, lo que deja claro, una vez más, cómo el tema no es sólo polémico en la Gran Manzana sino en toda la nación.
Este ha sido un ejemplo fidedigno de cómo la primera dama camina un “línea muy fina” en su campaña por mejorar la salud de los estadounidenses, incluyendo el tratar de cambiar los hábitos alimenticios, sin provocar quejas de que ella es parte de un “estado sobreprotector” que pretende decirle a la gente qué comer y cómo criar a sus hijos.
Cuando se le preguntó sobre la propuesta de Bloomberg, durante una entrevista con la Prensa Asociada, Obama dijo que un “tamaño único para todo” no es la solución para atender los problemas de salud que enfrenta el país, aunque reconoció los esfuerzos del Alcalde al decir: “Nosotros aplaudimos a cualquiera que de un paso adelante y piense sobre los cambios que ayuden a nuestras comunidades. Nueva York es un ejemplo de eso”.
Además, cuando se le pidió su opinión sobre si la campaña contra la obesidad debería tomar un tono más agresivo como el de Bloomberg, la primera dama dijo que, “hay gente que actúa como el alcalde Bloomberg, y eso está perfectamente bien”.
Sin embargo, más tarde su oficina dio a conocer un comunicado en el cual aclara que ella no tiene la intención de tomar una postura, ni en favor ni en contra, sobre el plan de Nueva York.
“Yo estaba tratando de explicar que cada comunidad es diferente y cada solución es diferente, y que yo aplaudo a los líderes locales, incluyendo los alcaldes, empresarios, padres, etc, que toman este asunto seriamente y trabajan en la búsqueda de soluciones”.
“Pero esto no es algo que la Administración está impulsando a nivel federal y no es algo que yo estoy específicamente apoyando o condenando”.
La pasada semana el alcalde Bloomberg creó una polémica en Nueva York, luego de proponer una prohibición a la venta de sodas en embases de 16 onzas o más grandes, en restaurantes, bodegas, camiones y carritos callejeros de comida, cines y en estadios deportivos y eventos.
Una reciente encuesta dejó ver que el plan es impopular entre los neoyorquinos, quienes en su mayoría, el 53%, opinó que era una mala idea y un ejemplo de cómo el gobierno iba muy lejos en su lucha contra la obesidad.