Niños cuidando a niños

Se estima que en el país más del 20 por ciento de las familias dependen de sus hijos adolescentes para cuidar de los menores.

Kevin Cantero, de 13 años y estudiante de Pasadena, es responsable de cuidar a sus dos hermanos menores, ya que vive solamente con su madre y ésta debe salir a trabajar. Este es  uno de los muchos casos de familias donde menores deben cuidar a otros.

Kevin Cantero, de 13 años y estudiante de Pasadena, es responsable de cuidar a sus dos hermanos menores, ya que vive solamente con su madre y ésta debe salir a trabajar. Este es uno de los muchos casos de familias donde menores deben cuidar a otros. Crédito: Esmeralda Fabián / La Opinión

Se estima que en el país más del 20 por ciento de las familias dependen de sus hijos adolescentes para cuidar de los menores.

Son miles los estudiantes que en Los Ángeles y alrededor de todo el país tienen que faltar a clases una o varias veces durante el año escolar porque deben cuidar a sus hermanos menores.

Se estima que en el país más del 20 por ciento de las familias dependen de sus hijos adolescentes para cuidar de los menores, casi 10 horas por semana. Así lo reveló un estudió hecho por The Urban Institute.

Una tendencia mucho más común entre familias con un solo padre o madre y de bajos recursos, indicó el reporte. Pero en Los Ángeles, educadores saben bien que este problema además afecta mayormente a los estudiantes latinos.

Uno de ellos es Kevin Cantero, quien a su corta edad de 13 años es responsable de cuidar a sus dos hermanos menores, ya que vive solamente con su madre y esta tiene a Kevin como responsable de los pequeños.

“Todos los días yo los llevó a la escuela, les doy de comer, limpio lo que ellos dejan desordenado en la casa y les ayudo con todo lo que necesiten”, dijo el estudiante de octavo grado de la secundaria Washington de Pasadena.

“Mi mamá no puede llevarlos ala escuela o ir por ellos porque trabaja o a veces esta muy cansada de estres, y yo me hago cargo”, indicó el joven, quien a pesar de esa gran responsabilidad, mantiene un buen desempeño escolar.

“Tengo que faltar a clases a veces, pero es muy rara vez”, señaló y expresó que el cree que es su responsabilidad ayudar a su familia con el cuidado de sus hermanos.

Ni los distritos escolares en Los Ángeles, ni el Departamento de Servicios Familiares y Infantiles del Condado de Los Ángeles (DCFS por sus siglas en inlgés), cuentan con cifras estimadas de cuantos estudiantes podrían estar en la misma situación que Kevin, y hay una respuesta lógica a esto.

“No nos vamos a enterar de que hay menores solos en un hogar, a menos que algo grave ocurra y tengan que intervenir las autoridades”, dijo Armand Montiel, portavoz del DCFS. “Estos casos no se reportan, ni siquiera los vecinos, que pudieran saber, lo reportan. No hay manera de tener una cifra”, agregó.

Pero aún sin cifras especificas, maestros como Carlos Castillo de la preparatoria Theodore Roosevelt en el Este de Los Ángeles, compartió que él sabe lo común que es esto entre sus estudiantes, que son 99 por ciento hispanos.

“En nuestra comunidad ocurre más que nada por los bajos ingresos. Los padres trabajan todo el día y los muchachos tienen que hacerse cargo de sus hermanos y no solo a veces tienen que faltar a clases, sino llegar tarde con frecuencia”, destacó el educador.

Trabajadoras sociales como Nancy Soto, consejera de asistencia del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), aseguró que “esta situación tiene un impacto legal en los padres, un impacto académico en los estudiantes y en los beneficios que reciben del gobierno”, indicó Soto y manifestó su preocupación de lo común de esta circunstancia en la que viven miles de estudiantes.

“Lo más importante es explicarles a los padres que existen otras alternativas para el cuidado de sus hijos antes que utilizar a sus hijos adolescentes para esta tarea”, sostuvo y destacó que muchos padres no reconocen la situación porque saben que es ilegal, pero que finalmente son sus hijos son los perjudicados .

“Un día que estos estudiantes faltan a clases, les tomará una semana en recuperarse. Si faltan cuatro días, un mes”, explicó y aseguró que ” no es un daño que los padres quieran hacer a sus hijos a propósito, pero por falta de buscar alternativas. La misma escuela les puede ayudar con esto”, sugirió la consejera.

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