Juntan firmas para destituir a Skyy Fisher en Compton
Sus comentarios han motivado por primera vez una campaña con los latinos y afroamericanos en la misma página, según activistas.
El que Compton, una ciudad que ha tenido su reparto de políticos corruptos, nunca haya iniciado en pleno el proceso de destituir a un oficial electo, es ahora cosa del pasado.
Los recientes comentarios despectivos que hizo en la radio Skyy Fisher, miembro por siete meses de la mesa directiva del Distrito Escolar Unificado de Compton (CUSD), sobre los latinos y los afroamericanos -su propia raza- le han ganado el privilegio de ser el primero.
La indignación entre la comunidad sobre los comentarios -al criticar una presunta relación sexual entre un maestro y una estudiante latina, usó un epíteto para describir a Trayvon Martin y llamó a la superintendente una “perra”- han motivado por primera vez una campaña con los latinos y afroamericanos en la misma página, según activistas.
Dos docenas de residentes molestos se reunieron la noche del martes de la semana pasada en Compton para distribuir paquetes de peticiones a fin de recaudar las firmas necesarias para remover a Fisher, de 29 años, de su puesto.
La estrategia, según Lestean Johnson, una líder del Comité para Destituir a Skyy Fisher, es dividir a los distritos electorales del CUSD -que también incluye partes de Carson y Los Ángeles- entre 10 grupos de activistas que saldrán a pie a recaudar firmas de votantes registrados.
“Te esperaré en el McDonald’s en la esquina de Rosecrans y Central a las 4 de la tarde el miércoles e iremos del oeste al este”, dijo Victor Varela, de 61 años, a una compañera en su grupo.
“Me pondré mis zapatos de tenis”, respondió Gwen Holmes, de 43 años, una planificadora de transporte para el distrito escolar quien tiene hijos que asistieron la primaria en Compton.
“La gente respeta más cuando ven a los latinos y afroamericanos trabajando juntos”, expresó Yolanda López, una activista de 47 años, al ver que Varela y Holmes se saludaron de mano. “Es algo histórico el esfuerzo, debido a que ofendió a las dos comunidades”.
En la petición para recaudar firmas, debajo de las razones del comité por iniciar su destitución, Fisher, escribe: “Para callarme, las mismas personas que me quieren destituir son las mismas personas que se oponen a mis medidas de reforma”.
“Ciertamente ejercí un juicio pobre y sinceramente me disculpé por mis declaraciones inapropiadas en la radio, pero estos proponentes de la destitución nunca han pedido disculpas por año tras año de educación deficiente que brindan a nuestros niños”, continúa.
Aunque el Comité para Destituir a Fisher tiene 120 días desde el sábado pasado para recaudar 10 mil firmas de votantes registrados dentro del CUSD, Johnson dijo que intentarán recaudar 12 mil de ellas para estar seguros, y dentro de 90 días.
Las precauciones, según otra líder del comité, María Villareal, tienen raíz en un incidente en el pasado en que las peticiones con firmas fueron robadas de gente en la calle a punto de pistola.
“Tenemos que tener cuidado”, indicó otra líder del comité, María Villareal, de 50 años. “También hay rumores de que Fisher tiene gente trabajando para él en la comunidad para que firmen sin estar registrados para votar”.
Sin embargo, Fisher, en una entrevista telefónica con La Opinión, dijo que no va a organizar una campaña en contra de la destitución “porque en mi mente, no hay lugar para la política dentro de la educación”.
Agregó que sus oponentes han tratado de convertir las reuniones de la mesa directiva, que toman lugar cada segundo y cuarto martes del mes, en “un circo”.
“Realmente pienso que hay temas más importantes que pertenecen a educar a la comunidad”, señaló. “Tengo una cantidad enorme de seguidores que han visto el trabajo que he hecho desde que me eligieron”.
Parece que entre sus seguidores hay dos miembros de la mesa directiva del CUSD, según Marjorie Shipp, la miembro que inició el comité para la destitución.
Desde que se divulgaron los comentarios a principios de mayo, miembros del público han levantado la voz durante los periodos de comentario público, a lo que Fisher pone oídos sordos.
Con esa misma actitud, Fisher hace dos semanas rechazó abrir los papeles de destitución que le entregó Carolyn Stokes, otra miembro del comité, en el estrado. Según ella y otros presentes, Fisher puso el paquete de papeles dentro de la bolsa de Stokes y cuando ella los tiró al piso, él les dio una patada. “Estoy segura que él estaba molesto”, relató Stokes.
Pero Fisher indicó lo opuesto.
“La gente ve lo que quiere ver”, declaró. “Estoy muy contento de que pudieron conseguir la petición porque quizás ya van a parar de interrumpir el negocio del distrito. El proceso de destitución me tiene entumecido”, subrayó.