No pasa bajo mi mando: alcalde

El alcalde de Los Ángeles se resiste a llevar récord de bancarrota en su Gobierno

Antonio Villaraigosa, alcalde de LA.

Antonio Villaraigosa, alcalde de LA. Crédito: La Opinión

Aunque este mes recibió una alta calificación de tres agencias crediticias -por lo cual recibirá la tasa de interés más baja en préstamos-, el Gobierno de Los Ángeles no echa las campanas al vuelo. Si en septiembre no mejora su situación financiera, podría aplicar más de 200 despidos.

Los demonios de la bancarrota, que ya entraron a las ciudades de Stockton, San Bernardino y Mammoth Lakes, no han dejado de seguir al segundo municipio más grande del país, aunque este ya tomó ventaja equilibrando un déficit estructural de mil 100 millones de dólares, lo que redujo cinco mil plazas civiles de su nómina.

“No pasará bajo mi supervisión”, expresó el alcalde Antonio Villaraigosa sobre la reciente declaración de quiebra fiscal de San Bernardino. “Lo que nosotros hemos hecho ha sido tomar decisiones difíciles”, dijo.

De la Alcaldía, en efecto, han salido las propuestas de elevar la edad de jubilación de trabajadores civiles y juramentados, eliminar departamentos, solicitar mayores contribuciones a los sindicatos y recortar 200 puestos de trabajo en este ciclo fiscal, una amenaza que podría materializarse si en el otoño el Reporte sobre la Situación Financiera de la ciudad (FSR) determina que ésta sigue en el atolladero.

“Si lo tengo que hacer, continuaré con los despidos de tantos empleados como sean necesarios, no porque yo quiera, sino porque hemos encontrado que es muy difícil negociar [con los sindicatos] los tipos de concesiones que necesitamos”, dijo Villaraigosa. “No queremos estar en la situación en la que están algunas ciudades”, agregó.

En abril, cuando se discutía el actual presupuesto, la Oficina Administrativa de la ciudad (CAO) tomó el caso de la declaración de bancarrota de Stockton para advertir que se debía hacer más para sanear las arcas del Ayuntamiento y no correr con la misma suerte.

Su titular, Miguel Santana, celebró que los progresos alcanzados ya han empezado a dar frutos, como obtener este mes la más alta calificación de créditos a corto plazo por las agencias financieras Fitch, Standard & Poor’s (S&P) y Moody’s.

“La alta calificación se atribuye a un estable pronóstico económico para la ciudad y a un sólido historial de pago de créditos”, comentó el jefe del CAO.

Sin embargo, las agencias notaron preocupaciones sobre el curso de la ciudad, su desequilibrio estructural y enfatizaron que debe fijar medidas de control de costos, incluyendo adicionales reformas a las pensiones. Si no hay cambios, éstas podrían absorber un tercio del presupuesto municipal en 2015, elevándose de mil 400 a dos mil 200 millones de dólares en cuatro años.

“No creo que debamos continuar retirando a la gente a la edad que lo hacemos después del tiempo en que han trabajo aquí, ni que ello sea sostenible en el futuro”, dijo Villaraigosa, que ahora propone que los nuevos empleados se jubilen desde los 67 años. “Todos vivimos más ahora”, justificó.

Lo sorprendente es que el Ayuntamiento aún tiene otros sitios de donde cortar para ajustar sus gastos: privatizando el Zoológico, el Centro de Convenciones, el aeropuerto de Van Nuys y sus lotes de estacionamiento, una iniciativa que falló hace unos meses por no encontrar un buen licitador.

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