Documental analiza la lucha contra los cárteles mexicanos

Reportero, de Bernardo Ruiz, analiza las secuelas sociales de la lucha contra la declarada guerra contra el narcotráfico en México.

Bernardo Ruiz (der.), director de 'Reportero', con el periodista Sergio Haro Cordero.

Bernardo Ruiz (der.), director de 'Reportero', con el periodista Sergio Haro Cordero. Crédito: POV / PBS

Viajó a Mexicali con el propósito de hacer un documental sobre un albergue para menores recién deportados de Estados Unidos, pero su atención se dirigió más bien hacia la peligrosa tarea del periodista que reporta la violencia generada por el contrabando de drogas y la declarada guerra contra el narcotráfico en México.

Impactado con lo que ocurría con los cárteles en esta zona fronteriza con Estados Unidos, Bernardo Ruiz produjo el filme documental Reportero: Reporting from Mexico’s Drug War, que “para mi sorpresa” ha dado mucho qué hablar en todo festival donde se ha presentado, incluyendo el reciente certamen itinerante Ambulante de México, creado por Diego Luna y Gael García Bernal.

“Nunca pensé que la cinta llegara a ser gran cosa. Yo solo fui a Mexicali para hacer mi trabajo [de investigación] sobre el albergue en los años 2007 y 2008, cuando desgraciadamente comenzó a subir la ola de violencia de la guerra contra los cárteles de México, que [se] ha cobrado la vida de [entre] 35,000 a 88.000 personas, dependiendo con quién hablas”, dijo Ruiz a ¡holaLA!, en entrevista telefónica durante una reciente visita a Los Ángeles como participante de un panel que hizo la cadena de Servicio Público de Divulgación (PBS) en la ciudad para promocionar la transmisión de Reportero, el siete de enero de 2013, como parte del vigésimo quinto aniversario de su serie Punto de Vista (POV).

Lo que sí está claro es que 40 periodistas han sido asesinados o desaparecidos en México desde diciembre de 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón llegó al poder y lanzó una ofensiva del gobierno de gran alcance contra los cárteles de las drogas y el crimen organizado.

Esta cifra pone al País Azteca entre los países del mundo más peligrosos para trabajar como reportero.

“Era inevitable no hablar sobre la situación que se vivía en la zona por la guerra contra el narcotráfico”, recordó Ruiz. “Y comencé a documentar los hechos a través de la vida y oficio del periodista Sergio Haro Cordero y la historia del resto del equipo de reporteros del Semanario Zeta [una publicación independiente con sede en Tijuana]”.

Tras seguir las historias de Haro Cordero y del grupo de periodistas de Zeta, Ruiz expone con hechos reales lo que está pasando en esta zona fronteriza entre México y Estados Unidos; así como las amenazas de tratar de silenciar a la prensa libre que cumple con su oficio.

“La verdad es que existe un interés muy fuerte de entender qué está pasando en la guerra contra el narcotráfico; así como saber qué está pasando con los reporteros valientes que sí están haciendo su trabajo bien, como el caso del equipo de periodistas del Semanario Zeta, que seguí durante tres años durante sus viajes [de investigación] de Tijuana a Mexicali y viceversa”, anotó Ruiz.

El impacto de Reportero ha sido tal que, además de haberse presentado este año en 12 ciudades de México con la gira del Festival de Cine Ambulante, el cantante Saúl Hernández de los grupos de rock mexicano Caifanes y Jaguares lo llevó a toda ciudad que visitó en su más reciente gira. La cinta ha sido proyectada también en festivales de cine latino de Los Ángeles, Nueva York y San Diego.

Según recordó Ruiz, los momentos más difíciles de la producción los vivió a inicios de 2010, cuando comenzó a filmar en la época más cruda de la violencia del narcotráfico, al igual que cuando empezó a editar el filme como realizador autónomo.

“Se me presentaron muchos momentos de tensión como productor”, apuntó. “Porque tenía que ser muy cuidadoso con las escenas y los nombres reales de las personas que aparecen en la película para no poner en riesgo la vida de los reporteros del Semanario Zeta, quienes han recibido en varias ocasiones amenazas de muerte”.

Un ejemplo de ello, resaltó Bernardo Ruiz, es la amenaza que recibió hace dos o tres meses la periodista Adela Navarro, la coeditora de Zeta, por apostar su política en el periódico de cubrir temas relacionados “con la corrupción, la política, el crimen organizado y actividades que vinculan al crimen organizado con los políticos”.

“Por ese compromiso informativo e [de investigación] que siempre ha caracteriza a Zeta, es que el semanario ha perdido a tres de los integrantes, y su fundador, Jesús Blancornelas, fue atacado por diez sicarios. [Él logró] sobrevivir para seguir publicando en el periódico los temas que otros medios no se atreven a publicar”.

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