Hacen cárcel médica más grande del país
Las instalaciones médicas, que tendrán un nivel intermedio para cuidado médico y salud mental, se construyen sobre un terreno de 40 acres al Sur de Stockton. Una de las zonas con más crimen y desempleo.
SACRAMENTO.- Con una inversión de 900 millones de dólares se levanta en Stockton, a 45 millas de esta capital, lo que serán las instalaciones médicas para presos más grandes del país.
Para el interventor federal de la salud en las prisiones, esta cárcel médica significarán ahorros para el estado, pero para quienes se oponen a la expansión de las cárceles representa endeudamiento para el estado y menos dinero para la educación.
El proyecto nació como resultado de las órdenes emitidas por las cortes federales para reducir el hacinamiento en las prisiones estatales y así mejorar la salud de los reos. La sobrepoblación provocaba que en promedio un preso muriera por semana de causas previsibles.
El cuidado médico de las 33 prisiones estatales ha estado bajo control federal desde 2006.
“La prisión comenzó a construirse en enero pasado y estará lista en mayo de 2013. Se espera que empiece a operar tres meses después, en agosto o septiembre”, dijo Bill Sessa, portavoz del Departamento de Prisiones (CDCR).
Las instalaciones médicas, que tendrán un nivel intermedio para cuidado médico y salud mental, se construyen sobre un terreno de 40 acres al Sur de Stockton. Una de las zonas con más crimen y desempleo.
Al mismo tiempo se reconstruye un ala del Hospital General de San Joaquín para dedicarla exclusivamente a los presos que necesitan cirugías.
“A las nuevas instalaciones van a ir reos de las 33 prisiones estatales que requieran una atención médica por más tiempo. Al llevarlos se aliviará la sobrepoblación en las prisiones”, explicó Sessa.
Agregó que también serán llevados aquellos que tengan crisis de salud mental.
Nancy Kincaid, portavoz del interventor federal del cuidado médico de las prisiones estatales precisó que los presos con las serias enfermedades crónicas que necesitan cuidado médico las 24 horas serán llevados a las nuevas instalaciones presidiarias. “Los más enfermos de todos irán a ese lugar”, puntualizó.
Estimó que esta cárcel de cuidado médico será de mucha utilidad con el tiempo porque más de la mitad de los presos serán ancianos muy pronto. “Los mayores gastos médicos vienen después de los 65 años; y con este centro, el estado se va ahorrar mucho dinero en el traslado a los hospitales de fuera de las prisiones”, comentó.
Al mismo tiempo estima que habrá una mejor atención médica.
Las instalaciones que ya tienen en pie 49 edificios van a dar cabida a 1,722 pacientes. Una vez en servicio darán empleo permanente a 2,400 personas entre médicos, psicólogos, enfermeras, técnicos de laboratorio, psiquiatras, entre otros.
De hecho firmaron un acuerdo con Delta Community College ubicado en Stockton para que entrene a los técnicos en psiquiatría que requerirá el centro médico para presos. Los primeros 40 graduados terminaron en diciembre pasado.
La edificación de las instalaciones médicas presidiarias le cayó del cielo a Stockton que se encuentra en el proceso de irse a la bancarrota y mantiene una alta tasa de desempleo de 17.5% de acuerdo al Buró Nacional de Estadísticas del Trabajo.
En la construcción serán empleados casi 5,500 trabajadores.
“Firmamos un acuerdo con las autoridades locales para que más de la mitad de los empleos fueran dados a trabajadores y contratistas locales, no más de 50 millas alrededor de Stockton”, indicó.
Añadió que están inyectando 1,000 millones de dólares a la economía local. “Es el más grande proyecto de obras públicas de California”, comentó.
Para Emily Harris, coordinadora estatal de la organización no lucrativa Californianos Unidos por un Presupuesto Responsable (CURB) la construcción de lo que llamó una cárcel médica es una expansión de las prisiones a lo que se oponen.
“Están haciendo una cárcel multimillonaria, a un precio exhorbitante que significarán años de deuda para California y dinero que saldrá del fondo general del estado en lugar de emplearse en educación y caminos”, expuso.
Agregó que además no sólo es el costo de construcción sino el de operación.
“En lugar de esa multimillonaria cárcel médica podrían haberse buscado otras alternativas como dar libertad condicional médica o permitir a esos presos ya muy enfermos, que no son un peligro para nadie, morir con dignidad al lado de sus familias”, señaló.