UC Davis cumple 30 años de ayuda legal

La clínica de derecho migratorio de UC Davis da servicios legales a quienes enfrentan orden de deportación en el Norte de California

Muchos inmigrantes de bajos recursos han encontrado apoyo legal de la clínica de derecho migratorio.

Muchos inmigrantes de bajos recursos han encontrado apoyo legal de la clínica de derecho migratorio. Crédito: Araceli Martínez / La Opinion.

SACRAMENTO.- “Todavía no lo puedo creer. Hubo mucho esfuerzo, muchas lágrimas y después de nueve años, me salvé de la deportación y conseguí mi residencia”, dice emocionada María Elena Armenta.

Pero quizá conseguir que le quitarán la orden de deportación y lograr la residencia, no hubiera sido posible para esta inmigrante mexicana, de no haber sido por la ayuda legal que recibió de la clínica de derecho migratorio de la Universidad de California (UC) Davis.

“Yo no tenía dinero, estaba separada de mi esposo, y tenía tres niños pequeños, uno con necesidades de educación especial”, recuerda.

La clínica de derecho migratorio de UC Davis tomó su caso en 1999 hasta que finalmente se resolvió a favor de María Elena Armenta el año pasado.

“Estoy muy agradecida. No me cobraron ni un centavo. No sé que hubiera hecho sin la ayuda legal de los estudiantes y abogados de la clínica de UC Davis”, admite con humildad y la voz quebrada por el sentimiento.

María Elena Armenta, es uno de los cientos de inmigrantes de bajos ingresos de todo el mundo, que han encontrado apoyo legal de la clínica de derecho migratorio de UC Davis que este año, cumple 30 años de haber sido establecida.

“Fue creada más que nada para que los estudiantes aprendieran a entrevistar a los clientes, a testificar en las audiencias. Todo bajo la supervisión de sus maestros y para ayudar a los refugiados y quienes enfrentan la deportación y no tienen dinero para pagar a un abogado”, explica el profesor James F Smith, fundador de la clínica quien hizo la propuesta para su creación a UC Davis en 1981.

“Nosotros fuimos la segunda clínica de derecho migratorio que se abrió en California pero somos los únicos que hemos sobrevivido”, precisa.

Y agrega orgulloso que tienen muy buen historial. “Hemos ganado la mayoría de los casos por lo que hemos construido una muy buena reputación profesional con los jueces”, señala.

Precisa que los tribunales de migración permiten que los estudiantes bajo la asesoría de los abogados presenten y defiendan los casos en las cortes.

La clínica de derecho migratorio comenzó a operar entre 1982 y 1983 para servir a los inmigrantes pobres del Norte de California. Cada semestre son asignados un promedio de 30 estudiantes. A partir de 2011, los estudiantes tienen que pasar un año en la clínica.

La clínica de derecho migratorio de UC Davis celebró su aniversario número 30 con un día de servicio en el consulado de México en Sacramento este fin de semana, a través del cual los estudiantes de derecho ayudaron a cientos de soñadores a llenar sus solicitudes para el programa federal Acción Diferida que les permitirá evitar la deportación.

Clara Levers, una abogada que ahora trabaja como fiscal criminalista para la Procuraduría de California y estuvo en la clínica de derecho migratorio entre el otoño del 2001 y la primavera de 2003 dijo que fue una oportunidad para poner en prácticas las lecciones legales aprendidas. “Fue muy satisfactorio entregar mis capacidades para evitar la deportación de individuos y familias muy necesitadas”, comenta.

Hace ver que además los estudiantes tienen mentores que los ayudan a preparar los casos y argumentos. “Esa práctica me dio mucha confianza”, expuso Clara Levers quien es también presidenta del Concilio de Alumnos de la Clínica de Derecho Migratorio de UC Davis.

“Hay una relación muy estrecha entre la clínica y el consulado. Nos permiten referir casos de mexicanos y los atienden sin ningún costo. Hemos trabajado juntos por mucho tiempo para detener deportaciones de personas de muy escasos recursos como el de una que sufría insuficiencia renal”, dice el cónsul mexicano de Protección, Alejandro Celorio Alcántara.

Pero la ayuda no queda ahí ya que cuando necesitan apoyo para una presentación sobre derecho migratorio, la clínica los apoya. “Cuando hacemos bancos de llamadas nos mandan también voluntarios. Incluso cada semestre envían a estudiantes al consulado para que atiendan casos, y practiquen el español”, cuenta.

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