Firme en la salsa

MIAMI, Florida.- El cantante nicaragüense Luis Enrique celebra sus 50 años con una nominación a los premios Grammy Latino y con la convicción de que la salsa es un género probado que siempre tendrá su público.

El pasado 28 de septiembre, Luis Enrique Mejía cumplió 50 años y lo celebró en Nicaragua con un concierto en el Teatro Nacional Rubén Darío en el que lo acompañaron miembros de su familia, muchos de ellos músicos también, como sus tíos Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy y su hermano Perrozompopo.

“Fue una celebración con mi familia, amigos cantautores, fue como haber tenido una gran fiesta en el escenario, hablamos de recuerdos de mi niñez en mi país. Fue una gran fiesta que duró cuatro horas”, dijo ayer el cantante en entrevista.

El músico, que se crió en una familia donde tocar la guitarra y cantar era lo normal, inició su carrera profesional cuando se mudó a Los Ángeles en 1978, aunque tocaba instrumentos desde los nueve años.

“Desde muy temprana edad yo sabía que lo que quería era dedicarme a la música. Nunca dudé si estaba bien o mal, era lo que quería y fue lo que hice”, añadió el cantante.

Pero sus comienzos en la urbe angelina no fueran fáciles. Como estudiante de secundaria, Luis Enrique aspiraba a conseguir una beca para estudiar música, lo que no pudo lograr por su condición de indocumentado en ese momento.

Eso no frenó sus sueños y mientras trabajaba con grupos de salsa y de nueva trova se fue formando de manera autodidacta porque en ese momento “quería aprender de la música folclórica de muchos países. Todo eso fue muy escuela, fue con esa experiencia que me formé como músico”.

Durante los seis años que vivió en Los Ángeles formó parte varios grupos en los que tocaba guitarra, percusión y acompañaba en los coros, hasta que en 1984 se mudó a Miami, donde grabó sus primeras canciones como cantautor con el grupo Sensación 85.

Con su primer disco en solitario, Amor de medianoche (1987), Luis Enrique se estrenó como cantante para luego pasar a formar parte de la cartera de artistas de la discográfica Sony, con la que estuvo 10 años y con la que se dio a conocer internacionalmente con éxitos como Date un chance o Mi vida.

Después de Sony vinieron muchos cambios tanto en su carrera como en la industria de la música latina que para el artista dieron inicio a un nuevo ciclo en 2004 con su disco Dentro y fuera, que grabó con una discográfica independiente.

Un momento, dijo, que “empecé a buscar otras avenidas para hacer mi música de una manera diferente sin estar atado a una multinacional”.

La oportunidad llegó de la mano del productor Sergio George, quien lanzó su discográfica Top Stop Music con el disco de Luis Enrique Ciclos, del cual se desprende el éxito Yo no sé mañana.

Aun cuando admite que nunca se vio como cantante sino como músico, el ganador dos Latin Grammy y un Grammy reconoció como inspiración para su carrera el movimiento de la Fania y las canciones de Rubén Blades.

“La salsa es un género que está para quedarse. Los músicos que hacemos salsa siempre hemos tenido que luchar por hacernos escuchar, por encontrar los espacios dentro de una programación comercial para que toquen nuestra música”, afirmó.

Pero además, “es un género que es cultura, que tiene una raíz folclórica, es un género más que probado, que ha pasado muchas etapas, y no importa qué géneros aparezcan no va desaparecer porque aparezcan otros”.

El salsero está nominado a un premio Grammy Latino 2012 en la categoría Mejor Álbum Salsa por su más reciente producción “Soy y seré”, mientras continúa de gira.

Entre sus proyectos está grabar canciones que saldrán al mercado como sencillos y da vueltas a la idea de volver a hacer un concierto en Nicaragua “con el maravilloso pretexto de que mucha gente se quedó fuera en la celebración de mi cumpleaños”