En guardia por tormenta
Ninguna de las dos partes quiere arriesgarse a dar la apariencia de que antepone la política a la seguridad del público
WASHINGTON, D. C.- Con un ojo en el pronóstico del clima, el presidente Barack Obama y su rival republicano Mitt Romney arrancaban ayer una carrera final de 10 días rumbo a la Casa Blanca.
Una enorme tormenta que se dirige a la costa este de Estados Unidos -y hacia algunos de los estados más disputados- obligó a ambas campañas a ajustar sus calendarios de viaje y a cancelar eventos. Incluso en este punto crítico de la contienda ninguna de las dos partes quería arriesgarse a dar la apariencia de que antepone la política a la seguridad del público.
El presidente continuaba ayer con un viaje a New Hampshire mientras Romney recorría Florida de forma rápida.
“Ganemos esto”, pidió Romney a sus partidarios ayer por medio de un correo electrónico mientras viajaba de Ohio hacia Florida.
“Estamos desafiando los pronósticos”, dijo a sus partidarios y los exhortó a contribuir con más dinero para ayudar a los republicanos a mantener la lucha.
Su compañero de fórmula Paul Ryan se movilizó en una mañana lluviosa y fría en Ohio para visitar una fábrica en New Philadelphia, donde dijo a los votantes: “Saben que depende de ustedes. Saben lo que tienen enfrente. Saben cuál es su responsabilidad”.
Un correo electrónico que anunciaba que el mitin de ayer del vicepresidente Joe Biden en Virginia Beach (en la costa de Virginia) había sido cancelado especificó que el cambio se debía a “un exceso de precaución para asegurar que todos los recursos locales de fuerzas del orden y de manejo de emergencias puedan mantenerse enfocados en asegurar la seguridad de la gente que pudiera recibir el impacto de la tormenta”.
Romney canceló un mitin en Virginia Beach que tenía programado para hoy domingo y sus asesores dijeron que también sopesaban suspender otros dos eventos en otras partes del estado. Ninguna de las escalas de campaña de Obama había sido cancelada, pero se hicieron ligeros ajustes. La campaña adelantó su partida a hoy domingo por la noche, en lugar del lunes, con el fin de movilizarse antes que la tormenta.
Cuando faltan 10 días para las elecciones, Obama y Romney van empatados a nivel nacional, aunque el presidente todavía parece tener más formas de alcanzar los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ganar.
El nominado republicano intenta aprovechar el impulso que lleva y convertir una oleada de entusiasmo en su partido en un triunfo electoral.
“Los debates han cargado enormemente de energía nuestra campaña y al equipo republicano”, escribió la campaña de Romney en un correo electrónico para recaudar fondos. “Estamos viendo más y más entusiasmo, y más y más apoyo”.
La campaña de Obama continuó con un esfuerzo para animar a la gente a acudir a las urnas, que según sus asesores los tiene al frente o empatados en todos los estados más reñidos. El presidente les advirtió a sus partidarios que no acudir a votar podría costarle el triunfo.
“En 2000, (Al) Gore vs. (George W.) Bush, 537 votos modificaron la dirección de la historia en una forma profunda y podría ocurrir lo mismo”, dijo Obama en una entrevista el viernes con MTV.
Romney dedicaba su atención a Florida ayer tras pasar gran parte de la semana enfocado en recabar apoyo en Ohio. Aunque ese estado del centro-norte podría ser crucial en las perspectivas de elección del aspirante republicano, también enfrenta una tremenda presión para llevarse Florida, que ofrece 29 votos del Colegio Electoral, la mayor cantidad en las entidades más reñidas.
Obama ganó Florida por una diferencia de sólo tres puntos porcentuales en 2008 y las encuestas muestran que los candidatos están empatados allí.
El exgobernador de Massachusetts planeaba asistir ayer a tres mítines, el primero de ellos en Pensacola, en la parte noroccidental del estado, de tendencia conservadora. Luego acudiría a los suburbios de Orlando antes de concluir su día con un mitin nocturno justo en las afueras de Tampa, donde se llevó a cabo la Convención Nacional Republicana.
En los tres eventos estaría acompañado por el senador Marco Rubio, de ascendencia cubana.