Lamentan la indiferencia
Las madres de la caravana se hacen visibles, pero ya se marchan de México
MÉXICO, D. F. (EFE). Pese a la indiferencia del Gobierno mexicano, los miembros de la caravana de madres centroamericanas que han atravesado México en busca de sus hijos se quedan con lo bueno, con haber hecho más visible el problema y haber logrado el reencuentro de cinco madres con sus hijos.
“Se logró dar a conocer la problemática del número de desaparecidos y gracias a ello las organizaciones locales se han comprometido a ayudarnos, pero el Gobierno ha hecho caso omiso, no reconoce a los inmigrantes como víctimas”, dijo a Efe en una entrevista Rubén Figueroa, miembro del Movimiento Migrante Mesoamericano.
Ayer se puso fin en el sureño estado de Chiapas a los 19 días de ruta en los que 38 familiares de inmigrantes desaparecidos procedentes de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala recorrieron 14 estados para hablar de este problema y buscar pistas para encontrar a sus desaparecidos.
La caravana realizó 23 paradas estratégicas en localidades aledañas a la ruta migratoria, permitió el reencuentro de cinco madres con sus hijos desaparecidos y la localización de otro hijo, cuyo reencuentro finalmente no pudo realizarse.
Una de estas madres fue la nicaragüense María Teodora que llevaba 32 años sin ver a su hijo y que logró encontrarse con él gracias a la ayuda de Figueroa, quien verificó algunas pistas y lo ubicó en Veracruz.
“La señora no sabía que se iba a encontrar con él y cuando le dimos la noticia fue una alegría tremenda. Los encuentros suelen ser bonitos aunque duros”, explicó el activista.
“Hemos visto el cambio de su rostro, le ha cambiado la vida todo esto. Ahora es una señora alegre, que comparte esa felicidad con las demás madres que no han encontrado a sus hijos. Su esperanza estaba encadenada y la pudo desencadenar”, añadió.
Aunque en la mayoría de las situaciones a los desaparecidos probablemente no se les encuentre porque pueden haber sido secuestrados o incluso asesinados, en muchos casos están bien, pero no se les localiza por la problemática que enfrentan por estar indocumentados.
“El estar indocumentado es muy peligroso y los va llevando a aislarse, pierden la comunicación con sus familias porque estas a veces viven en pueblos muy remotos e incomunicados”, añadió.
Encuentros como el de María Teodora renuevan las esperanzas del movimiento para seguir luchando y emprender este tipo de viajes, que ya llevan ocho años realizando.
También logros como el conseguido este año, el de la unión con las organizaciones locales. “Hemos logrado que las organizaciones civiles de los lugares por donde pasábamos se unan en solidaridad con las madres y la caravana”, aseguró Figueroa.
Estas organizaciones se comprometieron, por ejemplo, a iniciar una búsqueda de desaparecidos centroamericanos en sus bases de datos para intentar que estos encuentros puedan aumentar.