Cuídate de un desalojo

El hecho de que pagues tu renta puntualmente no significa que tu casero esté haciendo lo mismo con su banco. De modo que sin que tú lo sepas la casa que habitas podría estar a punto de perderse por el llamado foreclosure o ejecución hipotecaria (en el cual banco se apropia de la casa y el propietario pierde el dinero que tenía invertido en ella).

Y no vayas a pensar que si eso sucede podrías ahorrarte algunos meses de renta. Al contrario: además de tu obligación de seguir pagando podrías ser desalojado de la noche a la mañana sin siquiera volver a saber de tu depósito de seguridad (que en ocasiones asciende a dos meses de renta).

Por desgracia los dueños de vivienda no tienen la obligación de informarles a sus inquilinos o arrendatarios si están enfrentando la pérdida de su propiedad y éstos son tomados por sorpresa. En el mejor de los casos los inquilinos pueden recibir una notificación avisando que la renta ahora quizás debapagarse a nombre de otra persona.

En cualquier situación lo recomendable es no esperar a que a ti te suceda lo inesperado. Informarte lo más pronto posible de la situación hipotecaria en que se encuentra la casa que habitas. Si encuentras algo sospechoso, encara a tu arrendatario y pídele cuentas, incluyendo el que cumpla con la devolución de tu depósito.

Definitivamente tú no puedes obligar a tu arrendador a que haga los pagos de tu vivienda para no perderla, pero sí puedes investigar el estado financiero de la misma y, antes de que te pidan desalojar, tomar medidas serias como las siguientes:

— Buscar en el registro público de la propiedad. La mayoría de los estados ofrecen este servicio a través de Internet. Ahí puedes encontrar información detallada sobre cuánto se debe en la propiedad y qué tan al corriente están los pagos de los impuestos.

— Revisar los periódicos locales. Ahí se publicarían los avisos de foreclosure contra tu arrendador.

—Prestar atención a ciertas señales:

falta de mantenimiento del edificio o inmueble,

caso omiso a solicitudes de reparación, o

falta de presencia del dueño por la propiedad.

Si ya es demasiado tarde para todo lo anterior y recibiste un aviso de desalojo sigue pagando la renta —pase lo que pase, no debes dejar de pagar tu renta, ya que podrías enfrentar una demanda y el daño de tu historial de crédito—.

Además revisa las leyes locales. Como la protección al inquilino varía de estado a estado, lo mejor es que busques tus beneficios en el Departamento de Desarrollo Urbano y Vivienda de los Estados Unidos a través de su página en Internet, http://www.HUD.gov.

Contacta a los nuevos dueños de la propiedad. Si este ya fue adquirido por un nuevo dueño y piensa seguir rentando, podrías negociar para quedarte en el lugar. Recuerda que tus pagos puntuales son tu mejor carta de presentación. Por último, busca ayuda con el banco. En algunos casos el prestamista tiene incentivos para que los inquilinos se vayan lo antes posible. Se llama cash for keys y básicamente se trata de asistencia financiera para dejar la propiedad dentro del tiempo establecido.

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