No brillan las estrellas

Ningún latino electo del estado tiene prominencia a nivel nacional

California tiene una cantidad de hispanos mucho mayor a la del resto de los estados, pero cuando se trata de buscar estrellas latinas ascendientes en el escenario político nacional hay que buscar en otros lados.

Florida cuenta con el senador Marco Rubio, un cubano-estadounidense que fue considerado en su momento como posible compañero de fórmula del candidato republicano Mitt Romney, y quien más tarde lo presentó en la Convención Nacional del Partido Republicano. Texas enviará a su primer hispano al Senado, Ted Cruz, hijo de un inmigrante cubano.

Los estados de Nevada y Nuevo México cuentan con gobernadores hispanos: Brian Sandoval y Susana Martínez. George P. Bush, hablante de español de madre mexicana, y nieto del ex presidente y sobrino del otro ex presidente, está considerando presentarse a la campaña política, posiblemente para el cargo de Comisionado de la Oficina de Tierras de Texas. Texas también es hogar de los mellizos Castro, de descendencia mexicano-estadounidense: Julián, el alcalde de San Antonio que estuvo a cargo del discurso inaugural en la Convención Nacional Demócrata, y Joaquín, que será parte del Congreso.

Más de 1,300 hispanos se desempeñan en cargos electos en California. Este año fueron electos nueve hispanos al Congreso del estado, y cuatro de los últimos siete presidentes de la Asamblea Legislativa son hispanos.

Por lo tanto, en un estado que fue considerado en su momento como un trampolín hacia la presidencia, ¿dónde está el próximo Kennedy o Reagan latino? ¿O incluso, el próximo Romualdo Pacheco? (Pacheco llegó a ser gobernador del estado en 1875.).

Para Arturo Vargas, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Autoridades Latinas Electas y Nombradas (NALEO, en inglés), la ausencia de un líder latino local que pueda ser mencionado junto con Rubio y los hermanos Castro no es coincidencia.

A pesar de la reputación del estado por su diversidad, California eligió solamente a un hispano a un cargo estatal en la era moderna: el vicegobernador Cruz Bustamante. Un segundo hispano también ocupó ese cargo durante el mandato de Arnold Schwarzenegger: Abel Maldonado, aunque fue nombrado.

“Es un umbral que los latinos de California todavía no han podido superar”, señala Vargas.

Los 14 millones de hispanos de California se posicionan para ser el grupo étnico o racial más grande del estado, superando a los blancos, y hay muchos hispanos poderosos en cargos públicos, como el congresista Xavier Becerra de Los Ángeles, y el presidente de la Asamblea Legislativa John Pérez, otro residente del Sur de California.

Pero los hispanos tienden a ser en su mayoría figuras a nivel regional, manteniéndose anónimos para muchos residentes en un estado de gran tamaño y dividido por rivalidades geográficas.

El alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, goza de reconocimiento a nivel estatal y más allá del estado.

Villaraigosa abandona su cargo el año próximo y su futuro es incierto.

Hilda Solís, Secretaria de Trabajo y excongresista del Sur de California, no ha mostrado interés en obtener un cargo estatal.

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