Guillermo del Toro asusta con ‘Mama’ (Video)

Del Toro produce la cinta fantástica al tiempo que está listo para estrenar su nuevo filme, 'Pacific Rim'.

Mama está basado en un cortometraje de tres minutos dirigido por el español Andrés Muschietti.

Mama está basado en un cortometraje de tres minutos dirigido por el español Andrés Muschietti. Crédito: AP

Se ha dicho hasta la saciedad, pero es bueno recordarlo una vez más: hablar con Guillermo del Toro siempre es un placer.

El cineasta mexicano, nacido en Guadalajara, Jalisco, hace 48 años, sabe como ganarse el aprecio de la prensa con su cordialidad y sus razonadas respuestas.

La ocasión que lo citó con La Vibra hace unas semanas en un hotel de Beverly Hills fue el estreno mañana de Mama, co-producción española-canadiense en la que él lleva a cabo funciones de productor ejecutivo, una labor que ya ejerció en títulos como el similar El orfanato (The Orphanage).

‘Mama’ está basado en un cortometraje de tres minutos dirigido por el español Andrés Muschietti, que encandiló al responsable de Hellboy y, a partir de ahí, generó la adaptación a formato de largometraje.

El resultado —protagonizado por la recientemente ganadora del Globo de Oro, Jessica Chastain (Zero Dark Thirty)— es un filme fantástico, mitad de terror, mitad dramático, acerca de la maternidad, desde dos puntos de vista: el de esta —una joven que se ve obligada a criar a dos niñas que han crecido aparentemente solas en un bosque— y el de una fantasma obsesionada por ser el único amor materno de las dos pequeñas.

Este verano, del Toro estrenará su octavo largometraje, Pacific Rim, tras títulos como Cronos, El espinazo del diablo o El laberinto del fauno. Pacific Rim muestra una invasión alienígena en la Tierra y la respuesta humana: una superproducción que se vaticina como uno de los éxitos del estío.

Todo ello llega meses después de la distribución de The Hobbit, cinta que en un principio él iba a dirigir pero terminó abandonando por diversos problemas de producción (sigue manteniendo crédito como co-guionista); un evento traumático en su carrera.

La familia parece un recurrente de tu filmografía como director y productor.

¿Qué es lo que tiene el concepto de la familia que lo hace tan atractivo para el cine fantástico y de terror?

La familia es la fuente de los mayores horrores en la vida y de los mayores beneficios. Es una maldición y una bendición al mismo tiempo. Lo mismo se puede decir [de la madre] en el mundo de la cultura latina: puede ser un ángel o un monstruo. La idea está muy arraigada en mi admiración por Dickens: la familia es el primer universo que el niño tiene que vencer. El padre/padrastro o la madre/madastra es el primer núcleo en el que el niño conquista su personalidad.

Pero en ‘Mama’ está la novedad de que la ‘madre’ [Jessica Chastain] no quiere serlo…

Eso estuvo allí desde el inicio [del guión]. Eso vino de Andy [Andrés Muschietti y su hermana, la productora y co-guionista] Barbara [Muschietti].

A mí y a Jessica nos interesó mucho la idea de mostrar que su personaje no se vuelve una mamá, sino una mujer que defiende a otra mujer. No adopta el papel de madre: se vuelve otra versión de la solidaridad femenina que no es la mamá. [El personaje de Jessica] es una mujer que lucha, puño a puño, contra la esencia de la maternidad, tanto ideológica como físicamente: ese es el gran reto de la película.

En ‘Mama’ se huye de las referencias religiosas habituales en el género…

Es una película que habla de la voluntad, del espíritu, pero no articula nada religioso. De hecho lo único que hay religioso es una monja apuñalada [risas]. La idea es muy cercana a El espinazo del diablo: un fantasma es un asunto pendiente, una emoción torzida y suspendida en el tiempo, que se repite una y otra vez.

Está ambientada en la costa este. ¿Qué es lo que tiene esa parte del país que lo hace tan atractivo para el género?

Es lo mismo que cuando hicimos El orfanato: la imagen que [el director] Juan Antonio [Bayona] tenía en la cabeza era los acantilados de Dover o la costa este. Es un lugar con bruma, frío, otoñal, donde se respira un poco la carcoma. Es una buena atmósfera para los fantasmas, como ya lo sabían [los escritores Edgar Allan] Poe y [H.P. Lovecraft].

Un contraste radical con lo que hizo Narciso Ibáñez Serrador en ‘Quién puede matar a un niño’, con todas las secuencias rodadas de día…

De día y en una isla mediterránea, soleada, divina, con calles blancas… Eso es extraordinario. El caso de Ibáñez Serrador es único: es un autor que a mí me hubiera gustado ver mucho más de él.

Visualmente el filme se ve distinto…

Sí. Cada vez que produzco trato de hacerlo para gente que va a hacer algo que me gusta pero que lo hace con su propia voluntad. Puede ser en una producción como esta, donde estuve involucrado de forma muy cercana, en todas las etapas; o puede ser como en El orfanato, donde ayudo a conseguir el dinero, la actriz, doy tres ideas, me siento y observo a Bayona, que es una máquina de hacer cine. En [Mama] lo que me sorprendió de Andy es que todas sus decisiones visuales eran completamente diferentes a lo que yo hubiera hecho [risas], excepto el diseño de [el fantasma] Mamá. La veía y me maravillaba mucho, que la película tiene una combinación única entre lo mágico y lo mundano: la manera cómo encuadra, cómo dirije, el diseño de producción, el vestuario… tiene la capacidad de combinar lo banal, lo cotidiano, con lo mágico. Esa es su personalidad. Andy, como es Bayona [el director de la reciente The Impossible], es un realizador nato… Por ejemplo, la casa [donde residen los protagonistas] es mundana, no es tétrica, las paredes están pintadas de color pastel, hay una lámparas espantosas, un arte colgado terrible… Sin embargo, con esta atmósfera, Andy logra crear magia y permite la cercanía emocional y el vuelo de fantasía que deriva de esa puesta en escena.

La apariencia de ‘Mama’ es terrorífica, pero supongo que siempre es un riesgo diseñar un fantasma de cara a que no resulte risible…

Cuando filmamos El espinazo del diablo me di cuenta el día que íbamos a rodar el fantasma, de golpe, lo increíblemente difícil que iba a ser esa aparición. Nos habíamos preparado durante semanas. Y cuando entró el actor disfrazado [de fantasma] pensé: ‘Dios mío. Tengo que poner toda la inteligencia que pueda para que aparezca el fantasma’. Pero lo haces como haces el resto: por intuición. Y Andy tiene muy buena intuición.

¿Como se creó Mama, el fantasma?

Fue [una combinación] de efectos digitales y actor físico, un catalán. Él ha hecho de monstruo, de fantasma, de zombie… Vino muy estudiado de cómo moverse. El pelo es digital y al actor lo teníamos atado de las muñecas y de los tobillos con unos cables muy delgados que cuando eran movidos por los técnicos lo hacían de un lado a otro, para que [el actor] tuviera un movimiento errático, extraño. Era muy elaborado.

Cada día parece haber un nuevo proyecto ‘producido o dirigido por Guillermo del Toro’ en la prensa. ¿De dónde sacas el tiempo?

Lo que pasa es que hay un montón de cosas que inicias y luego no suceden. Es lo que me funciona a mí: tener algo preparado para saltar porque si no, no ruedas nunca. En los últimos cinco años, pasé de The Hobbit a At the Mountains of Madness [adaptación de la novela de H.P. Lovecraft]. At the Mountains of Madness se suspendió un viernes y al lunes siguiente ya estaba metido en Pacific Rim, porque la estaba preparando al mismo tiempo. Si no lo hubiera hecho así, se cae At the Mountains of Madness el viernes y pasa otro año y medio sin rodar.

Debe romper el corazón cuando un estudio cancela un proyecto…

Es profundamente demoledor.

‘Pacific Rim’ parece una película de verano de los años 80…

Tiene un espíritu diferente, muy romántico, de aventura. Mi inspiración es la idea de una película romántica de aventuras de [el director inglés] Alexander Korda, que veía de pequeño, con colores muy saturados, con una oscuridad muy profundad. No es una película que parece un comercial para el ejército: los robots están muy golpeados. No está pulida, de metales, de colores azules y gente perfecta en la pantalla. [Pacific Rim] celebra nuestras imperfecciones. Es diferente.

Te das cuenta que eres la única persona en Hollywood que al hablar de una película de verano citas a Alexander Korda…

Sí, es probable. Y a Goya. Porque Goya y su Coloso fue la primera inspiración de la película…

Cuando asistes a reuniones con ejecutivos de Hollywood, ¿notas una falta de cultura cinematográfica o todo el mundo sabe de lo que hablas?

La realidad es que después de 20 años hay una cierta noción de lo que yo hago: piensan en lo que hecho y a veces tiene sentido lo que digo y adelante… Pero a veces es difícil. En At the Mountains of Madness fue difícil y al final no se hizo.

¿Producir ‘Mama’ es tu forma de pasar la batuta?

La condición que yo les he puesto a Andy y a Bayona es que yo les produzco a ellos y ellos deben producir a un nuevo director. Mira, venimos de países, como México o España, donde siempre ruedan los mismos directores. Es como una mafia, una dinastía. Cuando eres joven hay una desesperación por hacer algo nuevo. Y lo que ves es a los mismos señores de siempre recibiendo los subsidios de siempre. Eso es ofensivo para mí. Por eso creo que es importante que gente nueva debute. Es nuestro deber, como gente con una mínima experiencia, dar de regreso.

¿Cuál es la película que te mueres por ver este año?

La verdad es que provocan increíble curiosidad Superman [Man of Steel] y Star Trek [Star Trek Into Darkness]. Superman porque me parece que es un replanteamiento a una leyenda eminentemente potente. [Y Star Trek] porque [el director] J.J. Abrams es uno de los tipos más inteligentes que conozco.

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