Bondades y riesgos de un plan migratorio
Se considera dar la ciudadanía a quienes cumplan ciertos requisitos
El primer borrador de los principios para una reforma migratoria presentado por un grupo bipartidista de senadores federales dejó una impresión mixta en expertos y partidarios del proyecto que vieron en él un claro avance pero también algunas propuestas riesgosas para los inmigrantes y más gasto en la frontera que, según ellos, no se necesita.
A favor de los principios presentados por el borrador está el que los senadores acordaron un camino a la ciudadanía para los millones de indocumentados que viven en este país y cumplan ciertos requisitos. El cuestionamiento principal es, sin embargo, qué tan largo, difícil y posible será ese camino.
Según el documento y las declaraciones de ayer por parte de los senadores, los indocumentados que no tengan un delito grave en su haber podrían recibir un estatus legal temporal que mantendrían mientras se toman otras medidas de control fronterizo. Teóricamente la condición para la residencia legal y eventual ciudadanía sería que la frontera “esté bajo control”.
Este lenguaje preocupa especialmente a los observadores y expertos que están convencidos de que la frontera no podrá estar segura a largo plazo si no hay un sistema de inmigración legal accesible y fácil para cumplir las necesidades laborales del país.
No obstante, el que los senadores republicanos accedieran a un camino a la ciudadanía ya se considera una ganancia debido a que el senador Marco Rubio, en declaraciones iniciales, había dicho que no se inclinaba en esa dirección.
“Es bueno que el grupo llegara a un acuerdo de que debe de existir ese camino”, dijo María Elena Hincapié, del National Inmigration Law Center. “Lo que nos preocupa es cuan largo y condicional será ese camino”.
Según Hincapié, si los senadores hoy no consideran segura la frontera, luego de todo el dinero invertido en la misma durante los últimos 15 años y el hecho de que hoy en día la inmigración neta de México es menos de cero, “puede que nunca se verifique que está controlada y que ese camino a la ciudadanía al final no exista”.
Mientras que muchas organizaciones nacionales mostraron entusiasmo y otras sus reservas a la espera de más detalles sobre lo que eventualmente serán proyectos de ley específicos, otros grupos revelaron cierta impaciencia hacia lo que analizaron como una propuesta “que sigue tratando de satisfacer a los republicanos que están en contra”, como indicó Ana Pérez, directora de campañas de la organización activista Presente.
“Yo veo que siguen hablando de reforzar la frontera cuando sabemos que la frontera está segura y que se han invertido enormes cantidades de dinero y tecnología. De hecho es lo único que han hecho en muchos años”, dijo Pérez.
“Estamos volviendo a lo mismo, como si las elecciones que acaban de pasar no dijeron nada, que en el país hay apoyo sólido a la reforma migratoria con legalización y ciudadanía”, agregó.
Hace pocas semanas el grupo no partidista Migration Policy Institute divulgó un estudio sobre lo que se ha invertido en las fronteras y en aplicación de las leyes fronterizas en Estados Unidos en las últimas dos décadas que reveló que el Gobierno gasta más en aplicación de leyes migratorias que en todas las demás agencias federales de lucha contra la delincuencia combinadas, incluyendo el FBI, la DEA y el Servicio Secreto.
Uno de los grupos más críticos del borrador y de la política migratoria de Obama abogó por no esperar a que se apruebe una ley para proteger a las familias inmigrantes de más separaciones y pidió que el presidente declare una moratoria a las deportaciones mientras se discuten las reformas.