Reforma migratoria ahora

La Casa Blanca tiene que ser muy agresiva, si es que busca una reforma amplia.

Alberto Ampuero.

Alberto Ampuero. Crédito: Suministrada

Política

En Las Vegas, Nevada, un estado donde los latinos representan casi un tercio de la población, 19% del electorado y que fue clave para conseguir su reelección, el presidente Barack Obama ha proclamado que “ha llegado el momento” de aprobar una reforma migratoria integral en Estados Unidos.

Subrayó que el sistema migratorio está “muy descompuesto” y “caduco”, lo cual frena el desarrollo económico del país. A la vez, se refirió a los 11 millones de indocumentados de todas partes del mundo que “viven en las sombras”, que contribuyen al país y que “están entretejidos en la tela de nuestras vidas”, pero que siguen trabajando en la “economía de sombras”, e insistiendo en que hay que sacar esa economía sumergida a la luz

Por primera vez en años, Republicanos y Demócratas parecen listos para atacar el problema en conjunto. Sin desconocer, por supuesto, que este nuevo intento de reforma migratoria es producto de una coyuntura política que resultó en parte del creciente papel del voto latino en las últimas elecciones que contribuyó, por un lado, a la relección de Obama y, por el otro, a la derrota de los republicanos.

Obama ha elogiado las propuestas del “grupo de los ocho” que incluye a legisladores de ambos partidos diciendo que está “muy en línea” con sus propios planteos. Pero también ha puesto mucho énfasis en los aspectos que podrían hacer descarrilar el buen entendimiento que ahora parece reinar.

La propuesta senatorial está diseñada para que los inmigrantes ilegales obtengan la residencia con cierta rapidez pero les cierra el acceso a la ciudadanía hasta que la seguridad en las fronteras no esté garantizada y se haya puesto en marcha un nuevo sistema para los empresarios que les permita verificar el estatus migratorio de sus trabajadores y se ponga en marcha también un nuevo método de seguimiento de los visados temporales para que las autoridades puedan asegurarse que nadie se queda posteriormente en el país de forma ilegal.

En la medida en que se vaya certificando que esas medidas de seguridad avanzan, se irán firmando los permisos de residencia a los indocumentados.

La propuesta del “grupo de los ocho” que firman y dan peso a este acuerdo marco, podría traducirse en un primer proyecto de ley el próximo mes de marzo y, según el senador Demócrata Charles Schumer, ser aprobado “a finales de primavera o principios del verano” por la Cámara Alta.

Si el consenso, finalmente, es alcanzado en el Senado, la Cámara de Representantes podría dar luz verde a una reforma integral

“Este es un primer paso. La meta sigue siendo difícil pero podemos alcanzarla”, señaló John McCain, representante Republicano de Arizona e integrante del grupo

Inmediatamente después de que la ley sea aprobada, las personas que viven ahora en la sombra y quieran recibir papeles tendrán que registrarse, demostrar su plazo de estancia, pagar un multa, ponerse al día de los impuestos impagados desde que viven aquí, someterse a varias entrevistas, aprender inglés y estudiar lo esencial de la historia y el sistema político de este país

Cumplidos esos trámites, serán puestos en la cola de las solicitudes legales de visado, con el objeto de no dar ventaja a los ilegales sobre aquellos que siguen el camino marcado de la ley. Durante el tiempo que dure esa tramitación, podrán permanecer en el país, pero no tendrán acceso aún al desempleo, la seguridad social y los demás beneficios sociales que existen para los estadounidenses.

El plan de Obama, sin embargo, es un poco más amplio y generoso que el anunciada por el grupo de senadores, al ofrecer menos obstáculos para que inmigrantes se encarrilen en una vía hacia la ciudadanía.

En su comparecencia ante los medios, los promotores de la reforma dijeron no engañarse acerca de lo “difícil” que va a ser el camino para lograr convencer a sus colegas de ambas cámaras.

Aunque los promotores de la reforma estarán empezando con propuestas muy grandes, es muy factible que se manejen varios escenarios y el paquete final sea una versión muy diferente y reducida de la original.

En parte, porque muchos grupos poderosos tienen intereses en el asunto, desde organizaciones empresariales, que necesitan mano de obra calificada, a movimientos sindicales, preocupados de que el flujo de inmigrantes pueda generar una baja en los salarios.

El temor, sin embargo, es que la amplitud de la propuesta migratoria se diluya en aras de llegar a un acuerdo antes de mediados de 2013

Senadores Republicanos como Marco Rubio quieren abordar el tema pero en etapas y no como un único proyecto de ley. Lo mismo se dice de algunos Demócratas más conservadores y elementos dentro de los sindicatos que necesitarían ser convencidos.

La Casa Blanca tiene que ser muy agresiva, si es que busca una reforma amplia. No puede esperar a que el Congreso actúe

Todo depende de lo que quiera hacer el presidente y cuánta batalla quiera dar. Si reconoce que tiene que contar con apoyo republicano va a tener que moderar su posición.

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