‘No’ recibe un ‘Sí’ en la nominación al Oscar (Video)

La película de Pablo Larraín, protagonizada por Gael García Bernal se enfoca en la campaña política que terminó con la dictadura en Chile

Pablo Larraín dirige la película 'No', que está nominada al Oscar.

Pablo Larraín dirige la película 'No', que está nominada al Oscar. Crédito: Katia Fuentes / El Mensajero

‘No’, la optimista campaña política del plebiscito que terminó con la dictadura en Chile en 1988 es el tema central de la película con el mismo título.

‘No’, nominada al Oscar como mejor película extranjera en los próximos premios de la academia, cierra la trilogía de filmes en torno al gobierno represivo de Augusto Pinochet que Pablo Larraín ha dirigido. Antes realizó Tony Manero (2008) y Post Mortem (2010).

En entrevista con El Mensajero, el director de 36 años confesó que aunque él haya crecido en una familia privilegiada donde la violencia causada por la dictadura no haya sido evidente, tuvo siempre infinitos cuestionamientos sobre el pasado de Chile que no han dejado ser de su interés y por lo tanto, su inspiración.

“Me hice muchas preguntas y te puedo confesar con claridad que no he obtenido ninguna respuesta. Prefiero estar más preocupado intentando indagar en zonas misteriosas que estar en lugares conocidos. Me ha parecido que el pasado de Chile es particularmente nuestro, es muy chileno, tiene que ver con nuestra idiosincrasia, pero si eso se articula de cierta manera es absolutamente posible que sea algo universal”, dijo.

La brillante propaganda que sacó a Pinochet del poder, en la cual se inspira la obra de Larraín, fue estratégicamente creada con los elementos fundamentales del mensaje publicitario que incluye, imágenes positivas, rostros atractivos, y un jingle bien pegajoso. A Larraín que en 1988 tenía 11 años le cuesta descifrar con precisión que es exactamente lo que sintió al ver esos comerciales.

“Lo que sí recuerdo con toda claridad es la enorme emoción de ver una franja tan fresca y tan original y no sólo me paso a mí, yo diría que en Chile no hay nadie que no pueda cantarte esa canción de cierta generación para arriba, y nadie que no te pueda hacer una descripción acuciosa de alguna de las imágenes que hay en los diferentes clips de la campaña”.

Un tercio de la película es material de archivo, los comerciales originales del plebiscito a favor y en contra de Pinochet se mezclan con el material nuevo. A no ser por detalles precisos como el rostro del dictador en aquel entonces, el espectador no distingue la diferencia. Para lograrlo, Larraín toma el riesgo de filmar con las cámaras antiguas de hace veinticuatro años.

“Yo creo que hubiera sido mucho más arriesgado intentar combinar el material de época con un material hecho en HD o en cine, muchísimo más peligroso porque eso destruiría la película ya que el espectador habría intentando sobrevivir a la coexistencia de dos materiales distintos. Ahí lo que sucede es que el material de archivo pasa a ser una ilusión, y nuestra ficción pasa a ser material de archivo”, describió.

El papel principal interpretado por del famoso actor mexicano Gael García Bernal es un personaje ficticio creado exclusivamente para el actor. Gael interpreta a un talentoso publicista que regresa a Chile después de haber estado exiliado en México, y es convencido de crear el concepto de los comerciales de la campaña del ‘No’.

“En este caso no es separable, surgió simultáneamente en el proceso creativo. Nos fuimos topando con la intención de que Gael estuviera involucrado y lo invitamos, entonces de alguna manera escribimos el personaje pensando en él. Y no solamente de él, sino de todo el elenco, todos los personajes están escritos para seres humanos, para cuerpos determinados, lo que hace más preciso los registros de los actores”.

Los cuadros cerrados e imágenes en contra luz que predominan en la película fueron planeados por Larraín en complicidad con su director de fotografía, Sergio Armstrong con la intención de encontrar el alma visual del relato.

La trilogía Larraín: No, Post Mortem y Tony Manero es una colección porque las tres historias transcurren durante los años de represión en Chile, pero también por la similitud en la psicología de los personajes principales en los tres filmes. Larraín asegura que los tres son personajes solitarios, existencialistas y lineales, es decir que no cambian.

“Son personajes que aunque no lo parezca están aislados de la realidad política, desde un punto de vista estrictamente ideológico; parecen ser como seres que tienden a pensar que su entorno político no les puede afectar a ellos”.

Sobre su paso por la alfombra roja del Oscar, Larraín dice que no ha pensado mucho en eso, mientras se encuentra en una fase súper intensa con el interés de la prensa.

“La nominación finalmente lo que hace es apoyar al proyecto y que la película sea más conocida y como todavía no se estrena pues es bueno. Pasa como una especie de bola de nieve positiva dentro del proyecto que es obviamente alucinante”.

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