Inspiración en la duela

Viajar con los Harlem Globetrotters no impide a Kevin Daley, 'Special K', cumplir promesa a su padre

'Special K' intenta anotar en una de las giras de su famoso equipo.

'Special K' intenta anotar en una de las giras de su famoso equipo. Crédito: John Salangsang-Harlem Globetrotters

Hace girar el balón a toda velocidad en la uña de su dedo índice con la misma facilidad con la que un niño hace bailar un trompo en la banqueta de la calle.

Es especialista en encestar tiros espectaculares de 35 metros, y lo hace como si se tratara de algo tan sencillo como lanzar una piedra al lago.

Causa admiración cuando distribuye pases con los ojos cerrados, de espaldas y hasta recostado en la duela.

Los malabares que realiza con la pelota parecen los de un actor circense y no los de un basquetbolista profesional.

En los estadios lo conocen como “Special K”, y es justamente ahí donde vive los momentos más felices de su vida.

“Me gusta ver la sonrisa en la cara de la gente”, dijo el integrante de los Harlem Globetrotters, el equipo que del basquetbol ha hecho una fantasía por 87 años ininterrumpidos.

“No sé qué otra profesión yo pudiera tener en mi vida, otra profesión que me diera la oportunidad de hacer tan feliz a la gente”, añade.

“Special K”, quien con el resto de su escuadra estará presentándose el sábado 16 de febrero en el Honda Center de Anaheim; el 17 en el Staples Center de Los Ángeles, y el lunes 18 en el Citizens Business Bank Arena en Ontario.

El nombre verdadero de esta estrella de los Harlem Globetrotters es Kevin Daley, un panameño que desde temprana edad llegó a radicar a la ciudad de Los Ángeles.

“Mi madre murió cuando yo tenía tres años y mi padre tomó la decisión de llevarme a mí y a mis dos hermanos a Estados Unidos para darnos la oportunidad de tener una vida mejor”, recuerda.

A sus 37 años de edad, el mago de la duela recuerda vívidamente los sacrificios de su progenitor al llegar como inmigrante a la Unión Americana.

“En Panamá mi padre era contador, y cuando llegamos a Los Ángeles se puso a trabajar en todo lo que lo que se te pueda ocurrir”, comentó.

“Él es mi héroe”, apuntó Daley, quien cumplió al pie de la letra una promesa para honrar la devoción de su padre.

“Me gradué de la Universidad”, explicó.

Obtener el título en sociología no fue nada fácil, ya que el jugador tuvo que combinar los libros con las canastas.

“Estudiaba donde se podía y cuando se podía”, subrayó.

Esto no es particularmente sencillo para un hombre que tiene que jugar 100 partidos en cuatro meses, tiempo que dura la gira de los Harlem Globetrotters por Estados Unidos.

“Estudiaba en el camión que nos transporta, en el hotel, en el gimnasio donde entrenamos, y hasta en los descansos de medio tiempo que tenemos en los partidos”, aseguró.

Daley siempre ha llevado el basquetbol en las venas, e incluso llegó a integrar la selección de su país, y aunque nunca tuvo la oportunidad de convertirse en jugador de la NBA, el panameño dice ser el hombre más afortunado del planeta.

“Hago lo que más me gusta, que es jugar basquetbol, pero en realidad mi gran satisfacción es ver los estadios llenos y la cara de la gente con una sonrisa”, finalizó.

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