Situación de Chipre: ejemplo para eurozona
Al país se le extendió ayer un rescate financiero de 13,000 millones de dólares
BRUSELAS, Bélgica. Infligir pérdidas a accionistas de los bancos, tenedores de bonos y aun a los grandes depositantes debería ser el enfoque de la eurozona para lidiar con los prestamistas que están en dificultades, dijo ayer un alto funcionario europeo.
Los propietarios de bancos y los inversionistas deben ser responsabilizados “antes de buscar fondos públicos o cualquier otro instrumento proveniente del sector público”, afirmó Jeroen Dijsselbloem, que dirige las reuniones de los 17 ministros de finanzas de la eurozona.
Los países de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional extendieron ayer a Chipre un rescate financiero de 10,000 millones de euros (13,000 millones de dólares) que prevé la disolución del segundo banco de la nación, arrasando con sus poseedores de bonos e infligiendo severas pérdidas posiblemente de hasta el 40% sobre todos los depósitos superiores a los 100,000 euros (130,000 dólares).
Las autoridades de la Unión Europea habían enfatizado que esta medida era un “paso único” en Chipre. Eso se debe a la magnitud del sector bancario casi ocho veces la producción anual de la economía y a la estructura de sus prestamistas, que dependen casi exclusivamente de depósitos, en vez de bonos. “Si hay un riesgo en un banco, nuestra primera pregunta debería ser ‘¿Qué van a hacer ustedes en el banco al respecto? ¿Qué pueden hacer para recapitalizarse?’. Si el banco no puede hacerlo, entonces hablaremos a los accionistas y a los poseedores de bonos, les pediremos que contribuyan para recapitalizar el banco, y si es necesario a los depositantes no asegurados”, le dijo Dijsselbloem al Financial Times y a Reuters.
Su oficina confirmó sus declaraciones. En el pasado, naciones como Irlanda invirtieron miles de millones de dólares en dinero de los contribuyentes para rescatar sus bancos, temiendo que obligar a propietarios y depositantes a correr con las pérdidas sería una vía a la incertidumbre. Pero causó enorme indignación cuando los cortes en las pensiones y los aumentos de impuestos fueron utilizados para no causar pérdidas a los inversionistas acaudalados del exterior.
Las autoridades europeas tuvieron eso en cuenta cuando decidieron, en el caso de Chipre, reducir y reestructurar el sector bancario, disminuyendo la cantidad de dinero que los contribuyentes europeos y chipriotas tuvieran que pagar.
Pero provocar pérdidas a los depósitos grandes podría hacer que los inversionistas retiren sus fondos de las economías más débiles del sur de Europa para colocarlos en naciones más estables del norte, como Alemania.