‘Goyito’ Pérez aspira a un cinturón de la UFC

Pérez aspira a convertirse en el primer mexicano en conquistar un cinturón de UFC

Érik Gregorio Pérez a sus 23 años ha ganado todas sus peleas.

Érik Gregorio Pérez a sus 23 años ha ganado todas sus peleas. Crédito: Agencia Reforma

MÉXICO, D.F.— Justo en sus ojos cayó el escupitajo de aquél “grandulón”.

Érik sintió correr la viscosa saliva por su rostro siguiendo la inapelable ley de la gravedad.

Su mamá lo había mandado por los refrescos.

Aún siendo niño, Érik Gregorio Pérez, ahora conocido como “Goyito Power” en el Ultimate Fighting Championship (UFC), caminaba por la calle en Guadalupe, Nuevo León, sin camisa, como acostumbraba, cuando la mirada de ese chico lo siguió.

Érik contestó al reto con una palabrota y de inmediato el “grandulón” se acercó y lo escupió.

“Me acuerdo que me molestaban mucho porque estaba chaparrito y gordito. Era el clásico chavito al que todos querían golpear”, cuenta el mexicano que está destacando en la empresa de artes marciales mixtas más importante del mundo, quien ha ganado en el primer round sus primeras tres peleas.

La ley que más se respetaba en Villa Española, su barrio, era la del más fuerte, y “Goyito”, como lo llaman desde pequeño, fue una víctima, pero también un victimario.

“En mi barrio el más fuerte es el que iba a salir adelante, al que iban a dejar todos en paz”, relata. “Si te buscaban pleito tenías que afrontarlo, entonces por eso yo creo que tenía ese carácter, de afrontar todos los pleitos, pero a golpes y eso no resolvía nada”.

Su carácter explosivo nació a partir de esa lucha por sobrevivir a las humillaciones a las que fue sometido. Incluso, en ocasiones sus hermanos mayores lo maltrataban al saber que no se había defendido de los ataques.

“Me dio tanto sentimiento que alguien me escupiera en la cara y me sigo acordando; ya cuando empecé a crecer y llegué a la secundaria me daba coraje que alguien escupiera a otra parte, me daba bastante coraje, creo que tengo como un trauma”. Ahora, a sus 23 años, “el gordito” luce “cuadros” en su abdomen y marcados bíceps. Todo un “Goyito Power” que dejó su barrio en busca de concretar el sueño de competir en la UFC.

“De los que nos juntábamos ya a muchos los han matado, se han muerto por el crimen organizado que ha vivido Monterrey, muchos por andar haciendo cosas que no deben o por andar en el mal camino, gracias a Dios el deporte me ha ayudado a salir de todo eso”, mencionó.

“[Mis papás] me metieron a un deporte de contacto por cómo era, para descargar toda mi energía”, dijo, “Empecé en futbol… me peleaba en el futbol; basquetbol, me peleaba ahí…”.

Su destino estaba en las artes marciales, disciplina que comenzó a practicar desde que tenía 14 años, momento en el que empezó a soñar con llegar a la UFC.

A los 18 años dejó la universidad, en la que estudiaba Licenciatura en Deportes y se mudó a Estados Unidos, donde por recomendación de sus entrenadores en Monterrey, Julio Gamboa y Mike Valle, ingresó al Jackson’s, uno de los mejores campamentos de artes marciales mixtas en Nuevo México del entrenador Greg Jackson, quien ha forjado campeones como Jon Jones, actual monarca de peso Semipesado de la UFC.

Érik comenzó de cero. Sin dinero y sin dominar el inglés, el ahora peleador peso Gallo trabajó en Albuquerque poniendo pisos para poder pagarse el gimnasio en el que vivió por dos meses, a veces incluso durmiendo en el suelo. “Goyito” entrenaba todos los días para competir en distintas ligas locales, donde destacó para ganarse la oportunidad de competir en la liga más importante de Inglaterra, Bamma, donde disputó dos peleas, las cuales ganó. Cuando recibió la noticia de que lo buscaban en la UFC, el año pasado, fue imposible contener el llanto. Ya le había llenado el ojo a la gente de la UFC, quienes lo contactaron para firmar contrato.

“Mi cuerpo tembló de la emoción, pueden decir muchos ¡qué niña!, ¿no?”, cuenta Érik riendo, como se muestra la mayor parte del tiempo.

“Goyito” conserva esa alma de niño, inquieto, risueño y soñador, por eso ahora busca convertirse en el primer mexicano de nacimiento en conseguir un cinturón de la UFC en una división complicada que tiene como campeón al méxico-estadounidense Dominick Cruz. Las pandillas y el abuso en su infancia se traducen ahora en libertad.

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain