Que 100 años no es nada

Conrado Marrero, el más longevo en historia del beisbol

Con su infaltable puro, Conrado Marrero aún da muestras de lucidez.

Con su infaltable puro, Conrado Marrero aún da muestras de lucidez. Crédito: AP

LA HABANA (AP).— Cama y ventilador nuevos, jugos, vino, jamón y puros. Esos son algunos de los gustos que se puede dar a los 102 a��os Conrado Marrero, el exjugador de Grandes Ligas más viejo con vida, desde que recibió la ayuda de la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas en reconocimiento a los cinco años que jugó con los Senadores de Washington.

“A finales del año pasado y comienzo de este, cobramos parte del dinero, una ayuda bienvenida con la que mejoró la vida de mi abuelo, nos permitió comprarle algunas cosas y darle algunos gustazos”, explicó Rogelio Marrero, nieto del exlanzador con el que vive en un modesto apartamento del barrio Plaza de esta capital.

Con una gorra de Washington, una camisa negra y un pantalón deportivo azul, Marrero conversó el corresponsal de AP sentado en una mecedora en la sala de su casa.

Marrero no habló de los 20 mil dólares que la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas decidió enviar a los peloteros que jugaron entre 1947 y 1979.

Para el cubano, el envío se dificultó por el embargo que el gobierno de Estados Unidos mantiene contra Cuba desde hace más de 50 años.

Rogelio —a quien con picardía Marrero acostumbra llamar “rollito”, “mi secretario” o “mi administrador”— no reveló el monto del primer envío de dinero, pero contó que con eso “le compramos a mi abuelo una cama nueva, un ventilador y un radio, porque ahora pasa bastante tiempo acostado oyendo los partidos de pelota de la liga cubana en el radio”.

Marrero cumplió 102 el jueves pasado y llegó a esta edad con “buena salud”, según su nieto. Pero explicó que su abuelo ya no ve por los estragos de la catarata y no puede caminar desde una operación de la cadera en 2011.

“Jamón, queso, vegetales, malanga, platanito y papas” son los alimentos que el propio Marrero mencionó como sus preferidos.

“Mi abuelo siempre fue delicado para comer, ahora gracias a la ayuda le puedo comprar jugo de melocotón, su fruta preferida, o vino para que tome una copita, es su bebida favorita”, explicó Rogelio.

Rogelio tampoco reveló el monto de la pensión que su abuelo recibe del gobierno de Cuba, un país en el que el salario mínimo es de unos 400 pesos, o el equivalente a unos 20 dólares.

Con su tradicional puro habano en la boca, que ya no enciende, Marrero cumplió lo que le auguró el famoso pelotero Monte Irvin en una carta que le envió.

“Marrero es uno de los mejores lanzadores cubanos que he visto. Yo estoy seguro de que seguirá fumando tabaco después de los 100 años”, escribió Irvin en la carta que conserva Rogelio, y que pudo ver la AP.

Para hablar de beisbol, Marrero se animó y mostró con una pelota algunos de sus agarres para los lanzamientos.

El “slider es parecido a la curva”, aseguró el expitcher y mostró cómo agarraba la pelota para uno de sus mejores lanzamientos.

“Para la recta cambia la posición de la mano” agregó. “Para mi todos los bateadores eran iguales”, dijo Marrero hablando de sus rivales.

Admitió que “me complicaba con los zurdos”, y para dominarlos “les arrimaba la bola o se la pegaba”.

Cuando oye nombrar a Larry Doby, se le ensombrece el rostro a Marrero. El zurdo de los Indios de Cleveland fue un dolor de cabeza para el cubano.

Doby le bateó tres jonrones un día y Marrero decía que era quien mejor le bateaba.

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