Tortura y muerte de niño divide a vecinos de Palmdale

Miembros de la comunidad acusan a vecinas de Palmdale de indiferencia ante crimen del menor Gabriel Hernández

Vecinos colocan flores en el altar, en memoria del pequeño Gabriel cerca del apartamento donde vivía.

Vecinos colocan flores en el altar, en memoria del pequeño Gabriel cerca del apartamento donde vivía. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person> J. Emilio Flores< / person>

PALMDALE, California.— La tortura y muerte del niño de ocho años Gabriel Hernández, presuntamente a manos del novio de la madre, Isauro Aguirre, ha dejado a esta comunidad destrozada y con ánimos de buscar venganza.

Dos vecinas de Gabriel, que pidieron no ser identificadas, dijeron que están siendo víctimas de persecución y hasta amenazas de muerte por parte de miembros de la comunidad quienes les gritan que son cómplices por no haber detenido el abuso del menor.

Gabriel falleció el pasado viernes 24 de mayo. El reporte preliminar del forense indica que el menor tenía fracturas en la cabeza, moretones en todo el cuerpo, costillas quebradas y señales de quemaduras de cigarrillos en la piel.

Las vecinas describieron cómo miembros de la comunidad llegaron a sus apartamentos con bates de béisbol a golpearlas. Ellas se escondieron y abandonaron sus viviendas para evitar otras confrontaciones con las personas que a cada rato pasan por el altar ubicado en la entrada del pasaje del complejo de apartamentos.

“Hasta en el [supermercado] Vallarta me dicen cosas y me ven mal… a mis hijos le preguntan en la escuela que por qué no hicimos nada”, dijo la mujer.

Según las vecinas la madre de Gabriel, Pearl Fernández, se mudó al al apartamento en la Avenida Q en Palmadale en noviembre del año pasado con sus tres hijos —además del occiso, de 8 años, un niño de 10 y una niña de 12-— y Aguirre.

Al poco tiempo los vecinos comenzaron a notar un comportamiento extraño por parte del menor. Gabriel nunca hablaba en público, temblaba cada vez que Aguirre o su madre lo llamaban, pasaban semanas sin verlo y cuando lo veían el niño no levantaba la vista.

La vecina dijo que en marzo agentes del Departamento del Sheriff llegaron a la vivienda.

“Como dejaron a los niños ahí yo pensé que tal vez me estaba imaginando cosas, ¿yo qué iba a saber? Si ni la policía hizo nada, ¿yo qué podía hacer? Yo no sabía que el niño estaba siendo abusado, yo tenía sospechas por los moretes y quemaduras en los brazos y en la cara, pero si vino la policía y no hizo nada, ¿yo qué podía hacer?”, se preguntó. Ella agregó que jamás escuchó gritos o maltratos en el apartamento y que no tenía idea que al niño lo amarraban.

Después de la visita del Sheriff, Perla la amenazó y le dijo que en su casa tenía pistolas. “Ella creía que yo había llamado a la policía y por eso me amenazó”.

En la página de Facebook Gabriel’s Justice, dedicada a pedir justicia por el asesinato de Gabriel, la prima del menor Emily Fernández, y su amiga Amanda Nevarez, hicieron un llamado a la comunidad para que no se ensañen en contra de otras personas.

“Los culpables de la muerte de Gabriel son su madre y el novio. Ellos son los monstruos, ellos son quienes tienen que pagar por tan horrible crimen”, declaró la prima del menor.

Amanda y Emily están organizando diferentes eventos para recaudar fondos y para exigirle a las autoridades que hagan justicia.

“No podemos permitir que esos mounstros salgan en libertad. Queremos presionar para que se haga justicia”, acotó Amanda.

La madre del menor y Aguirre están acusados de asesinato y se encuentran detenidos sin derecho a fianza. Los otros dos menores están bajo la custodia del Departamento de Servicios Infantiles.

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