Saldrán por el juego de la diferencia
Espuelas y Heat llegan al tercer duelo con la serie empatada: 1-1
SAN ANTONIO. Más vale que Espuelas y Heat se pongan las pilas, pues el ganador de esta noche podría dar un gran paso rumbo al título.
La historia indica que el juego 3 de las finales de las NBA tiene tintes definitorios.
Desde la campaña 1984-85, cuando se adoptó el formato 2-3-2 en la disputa por el Trofeo Larry O’Brien, el ganador del juego 3 casi siempre resulta campeón.
Desde 1985, cuando las finales están empatadas a un triunfo por bando, el ganador del tercer duelo se ha proclamado monarca de la NBA en 12 de 13 ocasiones.
En el formato actual, los dos primeros juegos son en casa del equipo que terminó con mejor récord en campaña regular y en caso de ser necesarios, los duelos 6 y 7 regresan a esa sede.
Hoy, en su primer juego como locales en las series finales ante Miami, el quinteto de San Antonio deberá estar muy atento desde el arranque, más por el peso histórico del juego 3.
“Desde luego, si vemos el resultado de 1-1, no es tan malo. Pero no querés jugar así en una final”, dijo Manú Ginóbili.
Desde que se armó el formato 2-3-2 en 1985, al equipo local no le ha ido nada bien cuando la serie está empatada 1-1.
En esas condiciones, la quinteta local tiene marca negativa de 4-9 en el juego 3, por lo que los texanos deberán, además, sacudirse la paliza que les propinó el Heat el domingo por la noche en el segundo duelo para empatar a serie.
LeBron James y compañía se encargaron de vencer a San Antonio en el juego 2 por 19 puntos, la segunda peor derrota de los texanos en finales, sólo superados por los 31 puntos que les sacaron los Pistones de Detroit en 2005 en una batalla que, al final, terminaron ganando las Espuelas.