Gobierno de Los Ángeles en plan de mudanza
Hay éxodo de funcionarios y de empleados en el Ayuntamiento de Los Ángeles
Sin su séquito de asistentes, el alcalde Antonio Villaraigosa entra a un salón del Ayuntamiento de Los Ángeles. Solo le acompañan concejales. Saluda y pregunta en voz baja a los ediles el orden de aquellos que hablarán después de él.
La rueda de prensa, en efecto, carece de organización.
Consciente de ello, Villaraigosa lo justifica con una broma: “El personal está buscando trabajo”.
Faltan unas horas para que concluya su administración y no ha parado el éxodo de empleados. De 179 trabajadores que tuvo a su cargo —la cifra más alta desde 1993— apenas había 37 el viernes pasado.
Las paredes y vitrinas cercanas al despacho del alcalde también se han vaciado. En los pasillos del Ayuntamiento impera la incertidumbre. “No sé”, responden quienes son cuestionados sobre en qué trabajarán a partir del 1 de julio, cuando se renovará la mitad del gobierno angelino.
El alcalde electo Eric Garcetti aún no ha revelado los nombres de los integrantes de su gabinete. Solo se sabe que Ana Guerrero dirigirá a su personal. Han recibido más de dos mil solicitudes, pero no todas las vacantes estarán llenas el lunes. Las contrataciones seguirán en las siguientes semanas.
“Uno de los consejos que recibimos es no tratar de hacer todo para el 1 de julio. No se puede. Debes hacerlo bien, y no rápido”, explica Rich Llewellyn, director del equipo de transición de Garcetti.
La estampida en City Hall sugiere el arribo de una nueva ola de profesionales (como suele pasar en cada cambio de poderes), pero también ventila las diferencias entre el político que sale y el que entra.
El proceso de la entrega y la toma del Distrito 1, del cual se va Ed Reyes y llega Gil Cedillo, es el más áspero. A la disputa por la venta de un terreno en Glassell Park a un concesionario de la automotriz Kia le siguió la controversia por dos mociones aprobadas por el Cabildo el martes pasado.
Éstas se refieren al nombramiento de un integrante alterno de la Autoridad de la Construcción de la extensión Foothill de la Línea Dorada del Metro, que sustituirá a Reyes en ese cuerpo legislativo, y a la transferencia de fondos no utilizados en proyectos ligados al Río Los Ángeles.
“Movió medio millón de dólares a otro fondo tratando de obtener dinero para pagar salarios y está tratando de hacer nombramientos en comisiones en las que yo estaré”, reclama Cedillo, quien asegura que le ha dado a Reyes suficiente espacio para empacar maletas.
La oficina de Reyes declinó dar un comentario pero hace unos días el edil afirmó que, de su parte, ha sido una transición suave. “Voy a seguir positivamente. Esto no es sobre él (Cedillo) o yo, sino sobre la comunidad”, señaló.
Ambos políticos se distanciaron en la campaña electoral, donde compitió sin éxito el jefe de personal de Reyes, José Gardea. Él y Cedillo protagonizaron uno de los pleitos más sucios de la pasada votación.
En cambio, en el Distrito 7, que representa el noreste del Valle de San Fernando, se intenta cerrar un ciclo y abrir otro sin mayores sobresaltos. Richard Alarcón, el edil saliente, no tiene precisamente el mejor trato con su sucesor, Felipe Fuentes, pues este apoyó a su rival, Raúl Bocanegra, quien le ganó la carrera por una curul de la Asamblea estatal en 2012.
Ambos han dejado el trámite en manos de sus jefes de personal y ni siquiera han conversado por teléfono. “Yo empiezo el 1 de julio […] hay mucho por hacer”, señala Fuentes.
Al cierre de esta edición, la oficina de Alarcón no comentó sobre dicha transición de poderes.