Dreamers arriesgan su sueño

Jóvenes emigran a México y esperan reingresar sin 'papeles' como presión a Obama

Lizbeth Mateo (al centro)

Lizbeth Mateo (al centro)  Crédito: Suministrada

Tres jóvenes indocumentados (los llamados dreamers) que por años han temido su deportación o la de sus familiares, salieron voluntariamente a México en la última semana y el próximo lunes intentarán reingresar al país, trayendo consigo a otros muchachos que tuvieron que irse o fueron deportados luego de muchos años en Estados Unidos, en un acto radical de protesta para llamar la atención sobre la situación de las familias separadas.

Los tres jóvenes salieron en diferentes fechas de regreso a México, su país de origen. La primera en partir fue Lizbeth Mateo, de 29 años, que ha vivido en Los Ángeles desde los 14 años y es graduada de Estudios Chicanos en Cal State Northridge. Lizbeth regresó a Oaxaca, donde se reunió con abuelos, tíos y primos, dejando atrás a sus padres y hermanos en la ciudad de Inglewood, al sur de Los Ángeles.

“Llevo aquí una semana y apenas puedo creerlo”, comentó Lizbeth en entrevista telefónica . “Todo es muy emotivo… mis padres en Los Ángeles están muy preocupados, no querían que tomara este riesgo”, dijo.

La campaña, que llegará a su punto álgido el lunes cuando los jóvenes se presenten en un punto de entrada fronteriza (hasta ahora no revelado) e intenten obtener permiso para regresar a este lado, es parte de las actividades cada vez más arriesgadas del grupo Dream Activist, quienes han revelado su identidad como indocumentados buscando ilustrar la situación de estas familias.

“Para los que hemos estado luchando en este lado por años, lo que hemos visto es que siguen las deportaciones. Este gobierno ya lleva 1.7 millones que no tienen forma de volver”, dijo Mohammed Abdulahi, portavoz de la campaña “Bring them home”, y un dreamer de Irán que llegó aquí a los 3 años.

La segunda activista en partir fue Lulu Martínez, originaria del DF y que ha vivido en Chicago desde los 5 años. Ahora tiene 23 y es graduada de la universidad de Illinois en Chicago. El tercero, que partió ayer, fue Marco Saavedra, quien ha vivido en Nueva York y Ohio desde hace 20 años, cuando tenía 3. Trabaja en NY en el restaurante de sus padres y está en proceso de deportación con una fecha de corte para septiembre.

Los tres jóvenes han mandado videos desde México y se están comunicando con los medios mientras sus colegas aquí se preparan para ir a apoyarlos cuando intenten cruzar.

Lo que pase entonces va a depender de las decisiones que tome el Departamento de Seguridad Nacional y el gobierno de Barack Obama.

“El procurador de la nación puede aplicar un permiso humanitario caso por caso y lo han hecho en numerosas ocasiones”, dijo Mathew Kolken, abogado de inmigración en Nueva York. “Eso no les confiere un estatus legal sino les permite entrar físicamente al país pero luego podrían tener algunas opciones para pedir estatus a más largo plazo”.

No obstante, la discreción del gobierno federal es amplia en este sentido. Las personas indocumentadas que son arrestadas en la frontera pueden ser sujeto a una deportación expedita y si ya se ha ordenado o realizado su deportación, acercarse a la frontera con la intención de entrar sin pedir un permiso anterior puede ser peligroso.

Para Lizbeth Mateo, el asunto es claro: “En 2008, toqué puertas para ayudar a elegir al Presidente Obama y ahora quiero tocar la puerta de este país, pidiéndole al presidente que traiga a mi comunidad”.

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