Recibe crisol de religiones

En esta mezcla de creencias el cristianismo es mayoritario

El papa Francisco besa a una niña a su llegada ayer a la catedral de Río de Janeiro donde oficiaría una misa.

El papa Francisco besa a una niña a su llegada ayer a la catedral de Río de Janeiro donde oficiaría una misa. Crédito: EFE

BRASILIA, Brasil.— Con cultos que van desde la santería de origen africano en Cuba hasta los ritos indígenas de la Pachamama en Bolivia, la América Latina en la que nació el papa Francisco, y a la que regresa ahora convertido en jefe del catolicismo mundial, es un crisol de religiones en que el cristianismo es la corriente mayoritaria.

Los latinoamericanos, herederos de una tradición cristiana marcada por el barroco ibérico, muestran en su historia una disposición de acoger manifestaciones religiosas diversas e incluso incorporarlas a su práctica religiosa.

Un buen ejemplo de ello es Brasil, el país que recibe a Francisco para la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro. El país con más católicos en el mundo es también un símbolo de diversidad religiosa donde el cristianismo convive con denominaciones tan variadas como los llamados espíritas, que defienden la reencarnación de los espíritus, hasta el candomblé y la umbanda, de inspiración africana.

“El catolicismo colonial es de corte popular, barroco, que llegó a América Latina de España y Portugal, y ese barroco ibérico combina muy bien con sus opuestos”, explicó fray Luiz Carlos Susin, profesor de Teología de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil.

Jorge Mario Bergoglio, el cardenal argentino que se convirtió en el primer papa de las Américas, conoce bien esa diversidad, aunque su formación católica es más ortodoxa, de influencia italiana, según Susin.

Para el académico y sacerdote brasileño, América Latina tiene una matriz religiosa sincrética que incorpora chamanismo indígena y rituales de fuerte emotividad de origen africano.

“Esa matriz forma la religiosidad latinoamericana, por eso incluso cuando no hay cordialidad entre un grupo y otro, todo el mundo tiende a aceptar las mezclas” de cultos de diferentes denominaciones, dijo Susin a The Associated Press.

En pocos países esas combinaciones son tan evidentes como Cuba, el único país latinoamericano donde la expresión religiosa mayoritaria no es el catolicismo sino la santería, una expresión de origen africano que se sintetizó con el cristianismo.

Expertos consultados por AP calculan que entre 70 % y 80 % de los 11 millones de cubanos realiza algún tipo de práctica religiosa de extracción africana, mientras que los católicos no pasan de 10 % de la población de la isla.

América Latina y el Caribe es la mayor reserva mundial del cristianismo. De una población total de más de 590 millones de personas en 2010, la región cuenta con 90 % de cristianos, por encima de 77.4 % para América del Norte y 75.2 % de Europa, según información del Centro Pew de Investigaciones de Estados Unidos.

La religión que practica el 10 % restante de los latinoamericanos varía enormemente de un país a otro en la región.

En el caso de Bolivia aún se practica el culto a la Pachamama (Madre Tierra) por parte de indígenas andinos, quechuas y aymaras, como el propio presidente Evo Morales. Sus rituales consisten en ofrendas que se atizan en pequeñas hogueras para pedir buenos augurios.

Bajo el mando de Morales, las ceremonias oficiales en Bolivia son precedidas por un ritual de agradecimiento a la Pachamama, celebrada por un sacerdote aymara conocido como yatiri.

En México, con 89.7% de católicos y baja penetración de denominaciones evangélicas, surgió en los últimos años el culto a la Santa Muerte, representada por un esqueleto con hábito, un símbolo que el cardenal Gianfranco Favasi, máxima autoridad cultural del Vaticano, calificó de “blasfemo”. La secta, que ha atraído a narcotraficantes y otros criminales, no ha sido reconocida como religión por la Iglesia católica.

Entre tanto, Argentina cuenta con las mayores comunidades latinoamericanas de musulmanes, con unas 600 mil personas, y judíos, unas 300 mil.

Argentina es un ejemplo de un fenómeno común en varios países latinoamericanos, donde se percibe una fuerte penetración de denominaciones evangélicas de inspiración pentecostal y el avance del secularismo.

Esos fenómenos, el secularismo y el pentecostalismo, se proyectan como grandes desafíos para la Iglesia católica en la región del mundo donde tiene más seguidores.

Chile es otro ejemplo donde ambos fenómenos se presentan en forma simultánea. El 66.6 % de la población de ese país se identifica como católica, según el Censo de 2012, con 16.4 % de evangélicos o protestantes.

En Brasil, el declive del catolicismo frente al avance evangélico quedó evidenciado en el Censo de 2010, cuando 64.4 % de la población se identificó como católica, en comparación con 22.2 % de evangélicos. En el censo de una década antes la proporción era 73.6 % católicos y 15.4 % evangélicos.

Sin embargo, para el teólogo brasileño Fernando Altemeyer, de la Universidad Católica de Sao Paulo, el fenómeno de la secularización es la mayor amenaza para la Iglesia católica latinoamericana.

“En todas las capitales latinoamericanas el problema no es solo el crecimiento pentecostal, sino una juventud inmensa que se aleja de la religión, ese es el problema más dramático. No alcanza los números de los pentecostales, pero el ritmo de crecimiento es más veloz”, comentó Altemeyer. En Brasil el crecimiento del agnosticismo entre los jóvenes es tres veces mayor que el de los que adhieren a las denominaciones evangélicas, según el Censo de 2010.

Altemeyer consideró que las ciudades están creciendo muy rápidamente y que la Iglesia, además de tener una estructura muy arcaica y rural, habla un lenguaje que no resuena entre los habitantes de las ciudades.

Aun así, estudiosos de la Iglesia esperan que el papa Francisco se muestre más receptivo a otras denominaciones religiosas, incluso las más alejadas del catolicismo.

Uno de ellos, el sacerdote Jesús María Aguirre, del Centro de Investigaciones y Acción Social de los Jesuitas en Venezuela, consideró que Francisco, “por su talante jesuítico” va a abrir el abanico y refrendar el islam y otras religiones.

Susin coincidió con él y destacó que Francisco llegó al máximo cargo de la jerarquía católica con muestras de simpatías hacia la diversidad religiosa, una postura que parece ser mutua.

“No creo que en su visita a Brasil hable específicamente [de la diversidad religiosa], tal vez lo toque de manera general, pero ciertamente entra con una actitud simpática y es visto con simpatía por esa población que sigue tradiciones menos ortodoxas, rituales mezclados e incluso por losevangélicos”, consideró Susin.

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