Artistas nuevamente podrán pintar murales en Los Ángeles
Después de más de una década de censura por parte del gobierno municipal de la ciudad, la considerada alguna vez “La capital mundial de los murales”, podrá revivir el colorido en los muros de sus calles
El veto que por once años impuso el gobierno de Los Ángeles a la creación de murales –que definen la identidad de muchos barrios latinos- en propiedades privadas está a punto de concluir: el Cabildo aprobó que los artistas los vuelvan a plasmar, pero siguiendo ciertos requisitos.
Considerada una vez “La capital mundial de los murales”, Los Ángeles limitó esta expresión artística en 2002 por la proliferación de anuncios comerciales disfrazados de pinturas. Ayer, luego de dos años de análisis y debates, el Concejo derogó tal prohibición en una primera lectura.
Además, dio luz verde a un programa piloto que permitirá crear este tipo de obras en comunidades del noroeste, específicamente en los distritos 1 y 14, donde abundan las imágenes de la Virgen de Guadalupe, el revolucionario Pancho Villa y pirámides aztecas en paredes de escuelas y negocios.
Hay tantos murales en esos barrios que durante la redacción de dicha propuesta de ley la Ciudad intentó contarlos y no pudo. Sólo definió sus estilos para identificarlos y buscar salida al veto.
Al final se presentó una serie de normas para tratar de limitar su permanencia (por lo menos dos años) y su tamaño (no más de 100 pies de altura), pues legalmente no se puede regular su contenido.
“Los murales son una de las cosas que definen nuestra ciudad única y diversa, son parte de lo que hace a Los Ángeles una de las grandes metrópolis del mundo”, señaló el concejal José Huízar, autor de la ley.
Su distrito (14) tiene más murales que cualquier otra demarcación en la ciudad, incluyendo “América Tropical”, del muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, que más tarde inspiró a artistas del este de Los Ángeles a elaborar cientos de pinturas históricas, culturales y políticas.
Paradójicamente, Anna Siqueiros, sobrina del muralista, padeció la veda de pinceladas en Los Ángeles. En ese período plasmó sus obras en otros lugares, como Alaska, San Francisco y Nuevo México.
“Es importante que tengamos el derecho de pintar, es un mensaje que se envía a la gente, a los niños”, dice Siqueiros, quien vive en el oeste angelino y se ha expresado en la pintura desde los tres años.
La iniciativa será analizada nuevamente en el Concejo en dos semanas, después de pasar por un panel especial que se fijará un lenguaje que aplique para la identidad de todos los barrios. Esto dejó con emociones encontradas a la comunidad artística. “Ya estamos agotados, ya es tiempo de que se apruebe, serán dos semanas más de agonía”, dijo Isabel Rojas, directora del grupo para la Conservación de Murales de Los Ángeles. “Pedimos se ponga fin a la oscuridad del muralismo en la ciudad”, señaló.
La idea de Huízar era que se plasmaran murales en todas las viviendas del municipio, pero algunos de sus colegas se opusieron preocupados por el contenido de los mismos.
“No quiero ver una pintura gigante que asuste a mi hijo”, mencionó el concejal Bob Blumenfield. “Esto es en el sentido de crear un ambiente que haga sentir bien a la gente”, agregó.