Toman a 300 como rehenes
Unos 200 rebeldes musulmanes chocan con fuerzas del Gobierno de Filipinas

Cuatro personas murieron y otras 200 permanecen retenidas tras un ataque, ayer, del FMLN, en Zamboanga, Filipinas. Crédito: EFE
MANILA, Filipinas. Unos 200 insurgentes musulmanes apresaron a casi 300 rehenes ayer lunes tras chocar con fuerzas gubernamentales y entrar en varias poblaciones costeras del sur de las Filipinas, dejando por lo menos ocho muertos, dijeron las autoridades.
El combate ocurrió después que los soldados respaldados por tanques impidieron que los guerrilleros del Frente Moro de Liberación Nacional armados con fusiles automáticos y lanzagranadas entraran en la ciudad de Zamboanga, un importante centro portuario, para flamear su bandera en el ayuntamiento, dijo el teniente coronel Ramón Zagala, un vocero militar.
Agregó que los insurgentes están acorralados en un barrio musulmán costero llamado Río Hondo y se niegan a negociar con las fuerzas de seguridad.
La alcaldesa de Zamboanga María Isabelle Climaco dijo que batallas esporádicas mataron a un miembro de las fuerzas especiales de la Armada, un policía y cuatro civiles y que 24 insurgentes, civiles y soldados resultaron heridos. El alto mando indicó que fueron muertos por lo menos dos insurgentes.
“Se hace todo lo posible para solucionar la crisis lo antes posible con daños mínimos de vidas y bienes”, indicó Climaco.
Los militares y la policía dijeron inicialmente que 20 residentes fueron hechos rehenes por los insurgentes pero Zagala aclaró luego ayer lunes que hasta 290 personas quedaron cautivas en tres aldeas cerca de Río Hondo, según las informaciones de las fuerzas gubernamentales.
Alberto Sumalpong dijo que él y su familia fueron despertados por el fuego de fusilería y huyeron de su aldea, pero regresaron más tarde para inspeccionar sus bienes. “Algunos lugareños volvieron para examinar sus viviendas pero al final fueron hechos rehenes”, dijo a The Associated Press por teléfono.
Zagala declaró que los insurgentes pensaban entrar en Zamboanga, un congestionado puerto de casi un millón de residentes, e izar su bandera en el ayuntamiento pero las fuerzas gubernamentales descubrieron el plan tres días antes y ocuparon posiciones defensivas.
“No podemos tolerar que otras fuerzas armadas desfilen por nuestras ciudades. Eso es inaceptable”, agregó.
Las tomas de televisión mostraron a la tropa gubernamental y la policía en uniformes de combate parapetadas en edificios mientras los residentes huían con bolsas de ropa. Los soldados rodearon un hospital, y la mayor parte de los comercios, negocios y escuelas cerraron.
Los insurgentes exigieron que los soldados retiraran un tanque y los francotiradores de los tejados de los edificios, advirtiendo que matarían un rehén si eran lesionados