Papa caliente del “cierre de Gobierno” pasa al Senado

Esta tarde es la última oportunidad de los senadores para debatir una propuesta de ley de presupuesto, antes de que venza el plazo a la medianoche para evitar un cierre

Los representantes republicanos Vicky Hartzle (izq.), Bob Gibbs y Tim Griffin (der.), hablan en las afueras del Congreso sosteniendo una pelota de fútbol americano, haciendo alusión a que el balón ahora está en la cancha del Senado, en referencia a la discusión de un proyecto de presupuesto.

Los representantes republicanos Vicky Hartzle (izq.), Bob Gibbs y Tim Griffin (der.), hablan en las afueras del Congreso sosteniendo una pelota de fútbol americano, haciendo alusión a que el balón ahora está en la cancha del Senado, en referencia a la discusión de un proyecto de presupuesto. Crédito: AP

Nueva York – Quedan unas 13 horas para que venza el plazo y se de el tan temido “Cierre de Gobierno”. Si a la medianoche de este lunes, cuando termina el año fiscal, el Congreso en Washington no aprueba una ley de presupuesto que permita seguir financiando las actividades del Gobierno federal, miles de empleados públicos serán mandados a sus casas sin sueldo, muchos servicios serán suspendidos y cerrarán parques nacionales y monumentos a los largo y ancho del país.

Y para evitar que eso ocurra, el Senado se reunirá esta tarde a partir de las 2 p.m. hora del Este, con el fin de debatir la propuesta aprobada el domingo en la madrugada por la Cámara de Representantes, y buscar un consenso para pasar una ley de presupuesto que contemple las posturas de ambas cámaras.

Sin embargo, el panorama no está muy claro para esta tarde cuando los senadores comiencen sus discusiones. Ya el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, indicó que no permitirá un respaldo a la propuesta de los representantes. Y es que la Cámara Baja, de mayoría republicana, aprobó el domingo un proyecto presupuestario que extiende los fondos para la Administración hasta el 15 de diciembre, pero al mismo tiempo exige un retraso en la implementación de la reforma sanitaria, una demanda que la Casa Blanca y los demócratas consideran inaceptable.

El presidente de EEUU, Barack Obama, ha sido muy claro en los últimos días y ha subrayado que no permitirá que los republicanos usen la reforma sanitaria, uno de los mayores logros de su mandato, como chantaje para autorizar los fondos que necesita la Administración para seguir funcionando.

Precisamente Obama mantendrá esta tarde una reunión con los miembros de su gabinete en la Casa Blanca para analizar los últimos acontecimientos del debate presupuestario y medidas ante la posible parálisis de algunas actividades del Gobierno.

Según estimaciones de organismos gubernamentales, el cierre parcial de las actividades federales le costaría más de $1,000 millones a las arcas públicas.

Según una encuesta de la cadena CNN divulgada este lunes, un 46% de los estadounidenses culparía a los republicanos del Congreso si el cierre del Gobierno finalmente se produce, mientras que un 36 % consideraría responsable a Obama y un 13 % a ambas partes por igual.

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