Caos por la gasolina
Violencia en Michoacán se debe al lucro con el combustible
MÉXICO. La gasolina es blanco del uso y disfrute clandestino en Michoacán. No es novedad que en los últimos días atacaran con explosivos a seis estaciones de venta de la paraestatal Pemex en la capital estatal, Morelia, y otras ciudades de la “tierra caliente”, y después se elevara el precio del combustible hasta las nubes.
Es un proceder constante del lucrativo negocio de los Caballeros Templarios y otros grupos delictivos que copiaron a los Zetas las formas de ordeña de ductos y el robo de pipas que genera al año ganancias de alrededor de 50 millones de dólares, según los datos de la Procuraduría General de la República (PGR).
La venta indebida de gasolina en el estado está en renovación constante. A veces la apuesta es la especulación porque ante el desabasto no hay de otra que recurrir al mercado negro.
Otras veces el precio ilegal es más bajo y de boca en boca se corre la voz de los puntos donde se puede comprar hasta tres pesos más barata que en las gasolinerías oficiales.
Las pipas de los delincuentes se instalan en caminos poco transitados, aunque cercanos a las poblaciones, y hasta ahí llegan taxistas, revendedores, amas de casa, cualquiera que quiera ahorrarse unas monedas y mirar para un lado, mientras las autoridades buscan a los malhechores.