Olive Garden suspende en EEUU a 70 por no tener papeles

A una semana de la cena de Acción de Gracias, la cadena de restaurantes Olive Garden suspendió a unos 70 empleados de California y otros estados por discrepancias en los registros del gobierno federal, pero algunos alegan que ésta sabía que contrató a indocumentados y que es una estrategia financiera.

“Yo les di ocho años de mi vida, pero cuando eres un gasto para la compañía eres desechable”, reclama Alejandra Juárez, quien por ocho años fue mesera en su local de Oxnard. El martes le avisaron que su número de seguro social no coincidía con su nombre y le pidieron corregir el error, algo que entendió como un despido postergado.

“Tenían la oportunidad de checar mi seguro social cuando me contrataron”, dice esta madre soltera que acepta que robó la identidad de otra persona para entrar a la empresa, especializada en comida italiana. “Cuando eres un inmigrante ilegal no tienes otra opción”, señala la originaria de Puebla.

Olive Garden indicó que la Oficina de Recaudación Fiscal (IRS) detectó que los números de seguro social de unos 70 trabajadores de distintas partes del país, incluyendo el Sur de California, no coincidían con la base de datos del gobierno federal y les pidió enmendar esto para volver a sus puestos.

La cadena, que oficialmente aún no ha realizado despedidos, negó saber que en su nómina hay personas sin un estatus migratorio y resaltó que suele revisar la documentación de su fuerza laboral.

“Esto no es en absoluto una estrategia financiera para despedir a empleados de mayor antigüedad para reemplazarlos por nuevos empleados con menos prestaciones”, cita la compañía y precisa que en unos casos sólo se trata de cambios de apellidos no hechos después de casarse.

Lo cierto es que los indocumentados ya no volverán. Uno de ellos es Fernando López, quien laboró para la cadena por 17 años, llegando a ser asistente de gerencia. “Es como ‘pum’ [simula dar una patada], ya no me sirves, eres desechable, eres basura. Desgraciadamente así nos tratan a los inmigrantes”, indica.

Originario de Baja California, López impulsó la apertura de cinco sucursales, incluso fuera del estado, pero le decían que no podía ser gerente porque no tenía papeles. “La compañía lo ha sabido por años, de hecho, la gente que están contratando ahora -pagándole 9 dólares la hora- no tienen papeles”.

López trabajó en el restaurante de Thousand Oaks y ganaba casi 20 dólares por hora. “Con lo que a mí me pagan pueden contratar a dos o hasta tres; ellos ven el dinero, nosotros somos números, encontraron la oportunidad de deshacerse de nosotros y lo hicieron”, insiste.

Con más de 780 restaurantes en Estados Unidos, de los cuales 70 están en California, Olive Garden tiene más de 96,000 empleados y reporta ventas de hasta 3,600 millones de dólares al año. Es subsidiaria de Darden Restaurant Inc, el corporativo restaurantero más grande del mundo.

María Vega asegura que su éxito se debe a los hispanos. Ella puso su granito de arena en su restaurante en Mountclair, donde trabajó como cocinera por casi una década. Lo hizo hasta el martes, cuando le pidieron corregir un error en su número de seguro social.

“Ya viene la Navidad y tengo una niña, tengo que pagar la renta, el carro. Me estoy deprimiendo, no sé ni qué hacer”, dice con la voz entrecortada. “No sé por qué hace diez años no revisaron mi número de seguro social y siguen contratando a gente sin papeles”, agrega.

Vega, que vino hace 21 años a EE UU proveniente de Guanajuato, ganaba $12.25 por hora, porque -según ella- obtenía pésimas evaluaciones para no pagarle más. “Muchos trabajábamos por dos o tres personas por los recortes de horas. La compañía se ha hecho rica gracias a nosotros”, afirma.