Optimismo y nervios en regreso de Pacquiao
Pacquiao ha entendido que la derrota de diciembre pasado es una más como otras que ya tuvo
Por más que hagamos esfuerzos para recorrer la enorme carrera de Manny Pacquiao y solazarnos con las victorias impresionantes ante de la Hoya, Hatton, Cotto y Margarito, la pura verdad es que la imagen que nos llena la memoria y que tapa a todas las demás es la del gran peleador filipino tendido boca abajo noqueado por Juan Manuel Márquez.
De eso hace ya un año, y aunque nunca antes Pacquiao había sido maltratado y los médicos dieron su aprobación para que volviera a los tinglados, lo real es que a los boxeadores después de una derrota tan traumática cómo aquella, más allá de la coindición física perceptible y visible para todos, lo que llega a pesarles luego es el factor sicológico.
Aplaudimos desde un principio que Top Rank y Pacman le apuntaran a un boxeador con buenas calificaciones, como Brandon “Bam Bam” Ríos para su regreso, esto porque muchos deciden volver con pasos blandos y frente a un rival de menos tamaño, para sumar por triunfo su retorno.
Pacquiao ha entendido que la derrota de diciembre pasado es una más como otras que ya tuvo, solo que por nocaut, y decidió cruzar guantes ante un “heavy puncher” como Brandon Rios.
No estoy de acuerdo con los que creen que “Bam Bam” es poco menos que un muchacho tonto que solo sabe ir hacia adelante a moler a puños a su rival y a recibir trompadas y que no sabe hacer más nada.
No creo eso.
Creo que “Bam Bam” Ríos tiene el argumento de su pegada destructiva, como lo han tenido otros, llámense Tyson, Hearns, Arguello o en estos años Matthysse y que esa es un fórmula tan válida, como cualquiera, para ganar combates.
Vimos bien a Ríos, en lo suyo ante Alvarado, ganándole por nocaut a otro rompehuesos. Y lo vimos mal en la revancha ante Alvarado en una pelea que planeó mal su esquina y que perdió legitimamente.
Así como recordamos a Pacquiao tendido y noqueado en el MGM, también tenemos la última postal de “Bam Bam” Ríos con la cara de la derrota. Un “Bam Bam” al que esa noche no le ayudó su esquina.
Y eso es lo que puede ser peligroso.
¿Puede Pacquiao salir a cambiar metralla con “Bam Bam” Ríos. Sabiendo que si el californiano lo caza con una derecha le puede recordar todo aquel universo borroso del pasado diciembre ante Márquez?
No. Al menos en el primer tercio del combate.
Lo complicado es que los estilos de ambos, habituados a ir al frente a aplicar el “No retroceder, no rendirse”, pueden traer una puesta en escena de una pelea de toma y daca, que Pacquiao no puede aceptar como otras veces. Y ese es su primer problema, que debe ajustar su estilo porque Ríos, con nada que perder, viene a “cagarlo a golpes”, según él mismo lo dijo.
La pelea se supone con Ríos saliendo a buscar y Pacquiao con más cautela, esperando qué hacer. Y ese Pacquiao, ni usted ni yo lo hemos visto nunca. Es cierto que Ríos no posee grandes recursos en su defensa. Pacquiao tampoco y por eso ambos, de distintas formas, han hecho sus carreras yendo al frente a meter gasolina al fuego y a morir matando.
Eso es lo que asusta un poco, esperar a un Pacman que se meta a intercambiar leñazos con “Bam Bam” es imposible. Y ver a un Pacman jugando a la cautela, peleando un poco a lo Mayweather, también es imposible.
Eso es lo que produce nervios. Un Manny Pacquiao sin un libreto definido para una pelea tan crucial.
Desde acá le hacemos fuerza para que tenga un gran regreso y de manera legítima consiga una gran victoria que lo marque.
El récord del PPV global con el mercado chino de por medio, será solo una cifra. Lo importante es una gran pelea y sí, por qué no decirlo, ojalá y gane el gran Pacman.
Luego la seguimos.