Piazza espera turno
Ex receptor de Dodgers se ve en Salón de la Fama
Las credenciales de Mike Piazza aparentemente no fueron lo suficientemente convincentes como para que el ex receptor fuera exaltado al Salón de la Fama en su primer año en la papeleta.
Piazza recibió 57.8 por ciento de los votos en el 2013, año en el cual nadie ingresó al pabellón de Cooperstown.
Pero en el 2014, Piazza tiene tan buenas posibilidades como cualquier otro candidato de recibir la llamada tan anhelada.
Para ingresar al Salón, un candidato debe recibir al menos 75 por ciento de los votos de la Asociación de Cronistas de Beisbol de Norteamérica (BBWAA, por sus siglas en inglés).
“En verdad siento que recibí mucho apoyo”, dijo Piazza luego de que los Mets lo exaltaran al Salón de la Fama del club en septiembre.
“Es un proceso. Estoy muy orgulloso de mi carrera”, dijo.
Piazza señaló el hecho de que Yogi Berra y Joe DiMaggio demoraron en reunir los votos suficientes como motivo para sentirse optimista.
Y todo luce indicar que en algún momento, Piazza también tendrá una placa en Cooperstown.
El receptor terminó su carrera con un promedio de .308, 427 jonrones y 1,335 carreras remolcadas.
Dichos números son aun más impresionantes si se toma en cuenta que durante toda su carrera, Piazza fungió mayormente como receptor, la posición defensiva más desgastante en el beisbol.
Piazza conectó 396 de sus cuadrangulares como receptor, el mayor total por un catcher en la historia de Grandes Ligas.
Aunque Piazza jugó por cinco equipos en sus 16 años como ligamayorista, incluyendo seis temporadas y media con los Dodgers, su estadía más larga fue con los Mets.
Tras pasar a las filas de Nueva York en un canje en 1998, apenas una semana después de que los Dodgers lo habían enviado a los Marlins, Piazza no demoró en convertir a los Mets en contendientes.
El receptor condujo a Nueva York a la Serie Mundial en el 2000 y fue ahí que estableció una marca de jonrones de por vida para un receptor.
Piazza fue seleccionado por los Dodgers en la ronda 62 del draft amateur de 1988 solamente porque el mánager de los Dodgers en aquel entonces, Tommy Lasorda, era amigo de la familia del ahora legendario receptor.