La hora de Tallent

Inmigración

Hace un par de semanas me refería al complejo problema al que se enfrenta el presidente de la Cámara Baja, John Boehner, con respecto al tema migratorio. Por un lado, no quiere enojar a la extrema derecha anti inmigrante representada por el Tea Party, pero por el otro sabe que no puede seguir retrasando la aprobación de una reforma migratoria porque corre el riesgo de que su partido pierda en mayores números el voto de la comunidad hispana de cara a las elecciones presidenciales de 2016.

En esa confusión en la que se encuentra, el Presidente de la Cámara Baja dio la semana anterior un paso que se puede considerar decisorio en el avance de una posible reforma migratoria comprehensiva. El martes 3 de diciembre John Boehner anunció que Rebecca Tallent se unía a su equipo como asesora en materia migratoria.

Para quienes no han escuchado sobre la señora Tallent, ella es una experta en políticas públicas que ha trabajado en la redacción de varios proyectos de ley de inmigración, y que fue además jefe de personal en la campaña presidencial de John McCain.

El mérito de la señora Tallent no es sólo su experiencia en materia migratoria sino su habilidad para construir puentes entre sectores aparentemente irreconciliables.

Si deseamos darle una lectura al nombramiento de Rebecca Tallent, debemos concluir que el presidente de la Cámara Baja ya ha decidido que se debe aprobar una reforma al sistema migratorio, y que cualquier ley que se apruebe debe al menos considerar alguna forma de legalización para los inmigrantes no autorizados.

Se ha especulado que el nombramiento de la señora Tallent podría ser simplemente un mecanismo para apaciguar los ánimos de los partidarios de la reforma migratoria integral, pero quienes conocen a Rebecca Tallent aseguran que jamás se prestaría a hacerle el juego al presidente de la Cámara Baja, y que no hubiera aceptado la designación si no existiera un acuerdo previo referente a la naturaleza de su función.

Si esta apreciación es correcta, quedaría por establecer el quién, el cómo y el cuándo de una posible reforma migratoria. ¿Será una reforma que alcance alta participación bipartidista y que complazca a las dos cámaras?

¿Será capaz la señora Tallent de darle forma a un proyecto de ley amplio y comprehensivo, o tendremos que contentarnos con el sistema de pequeñas leyes que contemplen los diferentes componentes de la reforma?

Y lo más importante: ¿Para cuando se tendría armado el andamiaje de una reforma migratoria que sea aprobada por ambas cámaras y firmada por el presidente Obama?

Todas estas inquietudes se aclararán seguramente en los primeros días del próximo periodo legislativo. Es muy improbable que algo ocurra en los poquitos días que quedan del presente. Tendremos que estar vigilantes y seguir presionando al ciudadano Boehner.