Rostros de la cultura cubana en el lente de Héctor Garrido
Fotógrafo presenta galería de retratos de figuras del quehacer cultural cubano
LA HABANA, Cuba.— Cien rostros imprescindibles de la cultura cubana han pasado ante el lente del fotógrafo español Héctor Garrido en el proyecto Cuba Iluminada, una singular y cuidada galería de retratos que componen el actual mosaico creativo de la isla caribeña.
En Cuba Iluminada no falta casi nadie: el perfil de la mítica bailarina Alicia Alonso, la mirada tierna de la cantante Omara Portuondo, la espalda de un Silvio Rodríguez en pleno concierto o el gesto reposado del escritor Leonardo Padura son solo una pequeña muestra de una colección que se inauguró esta semana en la Sala de la Diversidad de La Habana, ubicada en su centro colonial.
Especializado en la fotografía de ciencia y naturaleza, Garrido (Huelva, España, 1969) es sobre todo un apasionado del retrato que comenzó este proyecto en 2010 de un modo un tanto casual por su relación con el mundo de la cultura cubana.
“El proyecto se fue construyendo poco a poco hasta conformar los cien retratos que son ahora y los ciento y mucho que serán al final”, explicó el fotógrafo en La Habana.
Y es que su lente sigue buscando rostros destacados del mundo de la creación artística de la isla caribeña, a la que está unido por una “relación familiar” como esposo de la actriz Laura de la Uz, otra de las retratadas en esa colección.
De momento, los cien personajes que están en Cuba Iluminada” componen una completa muestra tanto de nombres internacionalmente reconocidos como de jóvenes creadores y artistas en los que Garrido ha detectado un prometedor potencial.
El resultado son imágenes que van más allá de un simple rostro y que transmiten mucho de la personalidad y la obra de los personajes gracias al minucioso trabajo de documentación y preparación con que Garrido encara sus retratos.
A muchos de esos artistas o creadores, Garrido los ha “sumergido” en su propia obra como el caso de la pintora Flora Fong, cara al viento entre un sincrético bosque de sus características palmeras; o el artista plástico Sosa Bravo cuyo rostro sonriente queda integrado en una de sus coloridas creaciones.
No faltan los retratos que provocan incluso una lectura social como ocurre con los jóvenes fotógrafos del “Colectivo F8” manejando un desvencijado y carcomido coche rojo sin motor ni ruedas.
Héctor Garrido dedica mucho tiempo a preparar cada una de esas imágenes y a conocer a los “objetivos” de su lente consciente de que para hacer un buen retrato hay que “conectar” con la persona, algo que en Cuba, según su experiencia, es más fácil que en otras partes del mundo por el carácter de sus habitantes y por su propia condición de andaluz.
“Somos gente con una visión de la vida casi coincidente”, destaca.
Garrido no duda en definirse como un “retratador” y un “ladrón de almas”, eso sí “consentido” y “con sentido”: “Jamás tiro una foto a traición. Si alguien va a ponerse delante de mi cámara es plenamente consciente de lo que está haciendo”, precisa.
Reconocido internacionalmente por su trabajo en la fotografía de naturaleza y ciencia, incluso en ese campo intenta siempre introducir el retrato y el elemento humano, lo que le convierte en una especie de “rara avis” entre los profesionales de ese ámbito.
Garrido ha participado a lo largo de su carrera en diversas expediciones científicas en todos los continentes y actualmente dirige el Banco de Imágenes del Parque Nacional español de Doñana.
Su proyecto de Cuba Iluminada pretende, además de la muestra inaugurada en La Habana, convertirse en un libro y ser además una exposición itinerante que llegue a países latinoamericanos y europeos, entre ellos España.
En el han colaborado la Embajada de España en Cuba, la Oficina del Historiador de La Habana así como numerosas entidades culturales de la isla caribeña.