Los anillos latinos del Super Bowl
Entre las leyendas del Super Bowl se cuentan varios latinos que han dejado su marca en el juego por el campeonato de la NFL
Nueva York.- Entre las leyendas del Super Bowl se cuentan varios latinos que han dejado su marca en el juego por el campeonato de la NFL.
La presencia hispana en el Súper Domingo se ha sentido desde que se comenzó a jugar el partido para definir al campeón entre los campeones de las conferencias Nacional y Americana.
Aquí presentamos a aquellos de nuestra comunidad que son parte de la historia del Super Bowl.
Es uno de los dos hombres que han ganado el Super Bowl como jugador, entrenador asistente y entrenador en jefe. Flores fue el primer quarterback latino en la NFL y el primer latino en dirigir a un equipo al Súper Tazón.
Flores fue el mariscal de campo reserva con los Jefes de Kansas City que ganaron el Super Bowl IV en 1969. Después, bajo el legendario John Madden, Flores fue entrenador asistente con los Raiders de Oakland que ganaron el Super Bowl XI. El México-estadounidense después tomó las riendas del equipo para llevarlo a ganar dos súper tazones más: XV y XVIII.
Ganador del trofeo Heisman cuando jugaba para la Universidad de Stanford en 1970, Jim Plunkett fue el primer latino en ser elegido como la selección número uno de la lotería de la NFL. Llegó a los Raiders de Oakland con quienes ganó el Super Bowl en 1981, llevándose de paso el premio al jugador más valioso del partido MVP. Tres años más tarde llevó al equipo a una segunda victoria en el Súper Domingo.
Guatemalteco de nacimiento, Ted Hendricks jugó en cuatro equipos que ganaron el Super Bowl. Su primero título vino en el Super Tazón V con los Colts de Baltimore, para quienes jugó como linebacker entre 1969 y 1973. Tras un breve paso por los Green Bay Packers, Hendricks llegó a los Raiders de Oakland para ganar tres anillos más (XI, XV, XVIII).
El carismático, bailarín y sobresaliente receptor de los Gigantes de Nueva York fue pieza clave de la temporada 2011 que vio como su equipo llegaba al Súper Tazón para enfrentarse a los temibles Patriotas de Nueva Inglaterra.
Cruz atrapó cuatro pases, incluyendo la única anotación por aire del Gang Blue, y sumó 25 yardas. Así ayudó a su equipo a ganar el trofeo Vince Lombardi en la edición XLVI del Super Bowl.
El actual entrenador de las Panteras de Carolina, Rivera fue el primer jugador de origen puertorriqueño en jugar en la NFL cuando los Osos de Chicago lo escogieron en la lotería de 1984. Un año después, sería linebacker de esos Osos que bajo la rienda de Mike Ditka, contaban con figurabas como Walter Payton, Mike Singletary, Jim McMahon, William ‘Refrigerador’ Perry. Junto a ellos, Rivera ganó el Super Bowl XX.
Miembro de unas de la defensa más dominantes de principios de la década de 1990, Tony Casillas brilló por su agresividad y su tacleo con los Vaqueros de Dallas, quienes lo utilizaban en gran medida para detener corridas. En tres años con el equipo de la Estrella Solitaria, Casillas jugó y ganó dos súper tazones.
Este pateador argentino es recordado por su efectividad que lo llevó a ser elemento clave en un equipo que ganó el Super Bowl. Gramática se convirtió en el primer argentino en anotar puntos en un súper tazón con los 12 (dos goles de campo y seis puntos extra) que marcó en el Súper Tazón XXXVII.
Este pateador mexicano jugó con tres equipos durante nueve temporadas en la NFL. Entre esos equipos se encuentran los Gigantes de Nueva York, para quienes pateó un gol de campo y falló un punto extra en la victoria 39-20 sobre los Broncos de Denver en el Super Bowl XXI.
El tacle ofensivo Anthony Muñoz es considerado uno de los mejores en su posición en toda la historia del juego. Como parte de los Bengalíes de Cincinnati, para quienes jugó 13 temporadas, jugó en dos súper tazones, perdiendo ante el mismo rival: los 49ers de San Francisco.
Alguna vez la revista Sports Illustrated lo llamó “El Chicano más Duro”, título que le vino después de que llevara a los Vikingos de Minnesota a una temporada de 12 ganados y dos derrotas que les ganó un lugar en el Super Bowl IV, donde cayeron 23-7 ante los Jefes de Kansas City.
Es casi seguro que el ala cerrada de origen puertorriqueño, Aarón Hernández, no volverá a jugar en la NFL luego de que su arresto como el principal sospechoso de por lo menos un homicidio. Jugó el Super Bowl XLVI, en el que capturó ocho pases, para 67 yardas y una anotación. Eso no fue suficiente para impedir que los Patriotas cayeran ante los Gigantes de Nueva York.
Uno de los pocos latinos activos en la NFL, Roberto Garza se ha consolidado como una pieza fundamental de los Osos de Chicago. Este hijo de inmigrantes mexicanos fue parte del equipo que disputó y perdió el Super Bowl XLI ante los Potros de Indianapolis por marcador de 29-17.
A muchos les llamó la atención escuchar sobre un linebacker que llegó a la liga procedente de México. Ese fue Eduardo Castañeda que en el 2008 apareció en el radar de muchos aficionados de la NFL. A pesar de lo llamativo de su arribo a la liga, Castañeda vio poca actividad durante la temporada en la que su equipo llegó al Super Bowl XLIII que perdió 27-23 ante los Acereros de Pittsburgh.