Triángulo de las Bermudas

Venezuela

La intentona golpista contra el gobierno democráticamente electo de Nicolás Maduro está fracasando porque le ha sido prácticamente imposible romper el triángulo de las Bermudas político que se forma cada vez que se ha intenta dar un golpe de estado bajo parámetros tradicionales.

Para que un golpe de estado triunfe en América Latina, debe reunir al menos tres factores fundamentales: el ejército, la empresa privada y la cúpula episcopal católico-romana. Estas tres aristas deben converger armónica y coordinadamente entre s para garantizar el éxito del golpe.

El único actor social capaz de derrotar al triángulo de las Bermudas de las plutocracias golpistas y oligarcas de América Latina es el pueblo. Fue precisamente el pueblo venezolano el que logró revertir el golpe de estado contra Chávez y obligó al ejército a retroceder y reinstaurar al presidente Chávez.

Las violentas revueltas callejeras que pretenden derrocar al presidente Maduro no lograrán su meta porque una minoría opulenta no cuenta con el triángulo de las Bermudas del “status quo” venezolano, mucho menos con el pueblo.

Hasta el momento el único derrocamiento exitoso en Venezuela es el golpe propinado por el dirigente de ultra-derecha Leopoldo López contra el ex-candidato presidencial Henrique Capriles, gobernador del estado Miranda. Capriles fue desplazado de su puesto de líder opositor y su cargo usurpado por un triunvirato extremista integrado por Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma.

Mostrando una torpeza política insostenible y un masoquismo indigno, no contentos con la soberana vapuleada diplomática sufrida en la OEA el 7 de marzo, la oligarquía venezolana, envió el 21 de Marzo a su representante estrella, María Corina Machado a debutar en la OEA, solo para recibir otra paliza diplomática, considerada un vergonzoso y humillante fiasco político.

Obviando que han perdido 18 de 19 elecciones, la oligarquía venezolana y la ex-mafia petrolera quieren ser gobierno sin ganar elecciones. Quieren volver a la Venezuela de las “casas de cartón” cuando un puñado de plutócratas tenían cuentas privadas en bancos estadounidenses con saldo de 100 millones de dólares por individuo, producto del saqueo del petróleo venezolano.

En Venezuela no hay libertad de expresión dice la propaganda mediática internacional. Pero todas las fotografías de diarios latinoamericanos y escenas televisivas muestran a Henrique Capriles, Antonio Ledezma y a María Corina Machado rodeados de hasta una docena de micrófonos de canales de televisión, nacionales y extranjeros. Que fácil se descubre la evidente mentira mediática.

El contraste de Venezuela con Colombia es aterrador. En Colombia marchan los pobres, en Venezuela marchan los ricos. En Venezuela, los hospitales y facultades de medicinas están llenos de médicos cubanos, en Colombia, las bases militares estadounidenses están atiborradas de marines norteamericanos.

En Colombia los pobres piden la salida de las tropas gringas, en Venezuela los ricos exigen la salida de los médicos cubano. En Colombia aumentan las casas de cartón, en Venezuela disminuyen. En Venezuela hay mercenarios pagados por el narcotráfico ayudando a las guarimbas, en Colombia se trafica con los granos básicos subsidiados por Venezuela.

Si antes de la intentona golpista muchos chavistas dormían sobre sus laureles, hoy están rodilla en tierra, defendiendo cada quien su trinchera, mejorando los canales de distribución, modernizando la producción y derrotando a un enemigo que no pudo romper el triángulo de las Bermudas, porque ese triángulo solo lo rompen los pueblos, como quedó demostrado el 11 de abril de 2002, cuando reinstalaron a Hugo Chávez en el palacio de Miraflores.

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