Venezuela en la encrucijada
El diálogo entre el Gobierno y la oposición en Venezuela es el camino para resolver la violencia que ya causó 41 muertos. Ahora, para que tenga éxito, ambas partes deben estar dispuestas a ser flexibles y a ceder en algunas posturas.
Eso no es precisamente lo que ocurrió en la primera reunión entre el presidente Nicolás Maduro y el líder de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo. El encuentro televisado en vivo sirvió más de catarsis que de negociación, ya que por primera vez pudieron hablarse directamente, aunque solo sea para reafirmar lo sabido.
La segunda reunión, ya en privado y sin los líderes principales, sirvió para que la oposición acepte participar en el Plan de Pacificación Nacional oficialista y que el Gobierno acepte formar una Comisión de la Verdad para investigar entre otros los recientes hechos de violencia integrado también por respetadas personalidades ajenas a la política. Esto ya es un avance, para como está la situación.
Los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador, además del nuncio apostólico, tienen un papel mucho mayor que el de tan solo iniciar las reuniones para frenar la ola de violencia y represión. Ellos tendrán que presionar tras bambalinas para que no se rompa el diálogo a medida que surjan las diferencias.
Tanto en el Gobierno como en la oposición no existe una uniformidad de ideas de cómo manejar la crisis política. Hay quienes que de un lado ven las quejas razonables hacia las políticas autoritarias del Gobierno como un intento de derrocarlo, mientras que por otro se ve a Maduro como una figura ilegítima que debe renunciar.
Estos sectores deben recordar que ninguno de los dos goza de un monopolio del respaldo popular. La elección de hace un año mostró un país profundamente dividido, lo que quiere decir que ni Maduro puede gobernar por la fuerza, ni la oposición tiene un respaldo tan fuerte como para derrocarlo sin elevar drásticamente el grado de violencia. El diálogo y la flexibilidad de la negociación son el camino para sacar a Venezuela de su crisis política.